Líneas Quadratín
Por Pablo Hiriart
La honestidad que defienden en Tláhuac: contratos millonarios
Olvidemos por un momento (o para siempre) el cogobierno de Morena con el narco en Tláhuac, pues está siendo investigado y lo más seguro es que duerma el sueño de justos, como todo lo que atañe a ese partido, porque le tienen miedo.
López Obrador puso a Rigoberto Salgado, delegado en Tláhuac, como un ejemplo de honestidad y lealtad. De acuerdo, veamos, sin hacer caso del episodio reciente de captura de los cabecillas de la venta de droga y la extorsión en el sur de la Ciudad de México.
Hace poco más de un mes, el 21 de junio, el diario Reforma publicó como nota principal una información que sirve para aclarar el talante honesto y leal del delegado que hoy defienden López Obrador, Morena y la prensa que simpatía con ellos.
“Dona a Morena; recibe millones”, dice el titular del periódico, al que nadie puede señalar como contrario a AMLO ni a su partido.
La nota de la reportera Dalila Sarabia apunta: “Patricia Lizeth Vázquez hizo negocio redondo. En 2015, donó 127 mil 480 pesos en especie al candidato de Morena a Jefe Delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado, y en 2016 ella y sus familiares obtuvieron contratos con esa demarcación –ya encabezada por el morenista- por 33 millones de pesos… y ni siquiera tuvieron que participar en licitaciones públicas”.
La señora Sánchez Vázquez, registrada en el SAT como persona física con actividad empresarial llevaba dos años con declaraciones fiscales en ceros.
Además, nos dice la nota de Dalila Sarabia, “sus cuñados Cinthia Nallely Vázquez Hernández y Jesús Martínez Hurtado recibieron en el mismo año 21 contratos más. Todos ellos participaron como personas físicas con actividad empresarial.
“A Vázquez Hernández le otorgaron 11 contratos -7 por adjudicación directa y cuatro por invitación restringida- por casi 10 millones de pesos.
“En tanto, Jesús Martínez Hurtado recibió diez contratos por alrededor de 14 millones de pesos”.
¡Qué bonita honestidad!
Sí, López Obrador puso al delegado que otorgó esos contratos como un ejemplo de honestidad y de lealtad.
La donación que recibió el candidato y hoy delegado, Rigoberto Salgado, fue ilegal, pues los partidos están impedidos de recibir donaciones de personas físicas con actividad empresarial.
El INE lo consideró como “gasto irregular” de campaña, pero Morena impugnó la resolución y todo quedó en una multa por 255 mil pesos a Morena.
Luego vinieron los 30 contratos de Tláhuac a sus benefactores, por 33 millones de pesos.
Negocio redondo invertir en Morena: quienes lo hacen tienen garantizado un certificado de honestidad de parte de López Obrador y nadie los toca.
Y reciben además contratos sin licitación de por medio, por montos superiores a las 30 veces aportado a los morenistas.
¿De cuánto fue la comisión? ¿O son empresas fachada? ¿Qué defienden Sheimbaun, Martí y el jefe de ellos dos?
Bueno, ahí están los que acusan de corruptos a medio mundo…que no está con ellos.
Son los que dicen que van a salvar al país de la corrupción.
Nada de eso. Se trata del clásico “quítate tú para ponerme yo”… donde hay.
La defensa que hacen López Obrador y su círculo íntimo del delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado, los retrata de cuerpo entero.
Y con mayor razón exige que las autoridades investiguen a fondo la relación entre narcos y políticos en esa delegación capitalina, sin miedo a castigar a los intocables de Morena.