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MÉXICO, 17 de noviembre 2020.- El tiempo que dedicamos a los videojuegos puede ser bueno para la salud mental, de acuerdo con un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Oxford, situada en Inglaterra.
El hallazgo llega en un momento en que la venta de videojuegos se ha disparado porque muchísimas personas han permanecido en casa debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
El documento, publicado este lunes, se basa en las respuestas de personas que jugaron Plants vs Zombies: Battle for Neighborville y Animal Crossing: New Horizons, señala la agencia AP.
¿Cómo fue el estudio?
La investigación utilizó datos proporcionados por los creadores de juegos Electronic Arts y Nintendo of America, sobre cuánto tiempo pasaban jugando los encuestados, a diferencia de investigaciones anteriores que se basaban en estimaciones imprecisas de los jugadores.
Rompiendo mitos sobre los videojuegos
Los resultados de esta investigación de Oxford podrían poner en duda longevas suposiciones de que los videojuegos causan agresión o adicción, aunque los autores reconocen que son solo una instantánea.
“Nuestros hallazgos muestran que los videojuegos no son necesariamente malos para la salud; hay otros factores psicológicos que tienen un efecto significativo en el bienestar de las personas”, dijo Andrew Przybylski, director de investigación del instituto. “De hecho, jugar puede ser una actividad que se relaciona positivamente con la salud mental de las personas, y la regulación de los videojuegos podría privar a los jugadores de esos beneficios”.
Para el estudio se encuestó a dos mil 756 jugadores de Animal Crossing: New Horizons en Estados Unidos, Reino Unido y Canadá; y a 518 jugadores de Plants vs Zombies: Battle for Neighborville. Se les pidió que completaran una encuesta sobre sus experiencias que se comparó con el tiempo de juego registrado por los fabricantes.
La falta de transparencia por parte de los creadores de juegos ha sido durante mucho tiempo un problema para los científicos que esperan comprender mejor los comportamientos de los usuarios. Los autores creen que investigaciones previas utilizadas para proponer consejos para padres y legisladores se realizaron sin evidencia sólida.
Con información de AP