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MÉXICO, 10 de julio 2020.- Organizaciones criminales, algunas de ellas relacionadas con la venta de drogas, se adaptaron ante la crisis y aprovecharon las vulnerabilidades que ha generado el Covid-19 a los sistemas sanitarios, de justicia y hasta los esquemas tradicionales de negocios para empresas de todo el mundo.
Desde el inicio de la pandemia se ha detectado un aumento significativo en el tráfico de medicamentos y equipos de protección personal falsificados o de baja calidad, advierte una investigación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por siglas en inglés).
Las mascarillas faciales y quirúrgicas, el desinfectante para manos, equipos de pruebas, termómetros, equipo medico e incluso dispositivos para oxigenación de mala calidad o falsos son algunos de los productos que los grupos delictivos están traficando al aprovechar el aumento desmedido de la demanda en el mercado mundial.
Sin embargo, no sólo se trata del aumento de la demanda, las deficiencias en las legislaciones de cada país y los sistemas de justicia que no cuentan con marcos normativos estrictos para castigar la fabricación o tráfico de productos médicos falsificados, también está siendo aprovechado por estas asociaciones delictivas.
La publicación de UNODC señala un caso en el que autoridades sanitarias alemanas contrataron dos compañías, supuestamente con origen en Suiza y Alemania, con el objetivo de adquirir una carga de cubrebocas con valor de 15 millones de euros a través de un portal web clonado de una empresa aparentemente legitima de España.
En abril de este año también se reportó que el gobierno de Eslovenia solicitó una orden de tres millones de mascarillas medicas a una compañía en Bosnia y Herzegovina que nunca fueron entregados pero por la que pagaron 300,000 euros Hasta el momento se apunta a un esquema de lavado de dinero.
Los países más vulnerables a estos delitos son aquellos que carecen de personal capacitado en diferentes áreas y enfoques en materia de compras públicas sanitarias y técnicos para detectar productos médicos falsificados y de calidad inferior.
El reporte además señala que los grupos criminales suelen tener una capacidad de adaptación mucho más amplia que las instituciones policiales y de justicia de ciertos países, sobre todo para identificar la calidad interior o falsificación de los productos, la recolección de evidencia y la escasez en las instalaciones analíticas científicas para analizar los medicamentos.
“Además de las brechas en la cadena de custodia, análisis y pruebas, pocos fiscales tienen las habilidades o los recursos para tratar los aspectos particulares del delito relacionados con productos médicos falsificados que pueden ser transnacionales y complejos y requieren el testimonio de expertos y asistencia legal de otros países”, destaca el documento.
La investigación de la UNODC también señala que el comportamiento de los grupos de crimen organizado cambiará gradualmente durante el curso de la pandemia, en particular cuando se desarrolle una vacuna y cuando estos grupos probablemente pasen del tráfico de equipos de protección personal al tráfico de la vacuna.
En ese sentido la organización recomienda implementar prácticas para identificar la procedencia de los productos y enfocarse en eliminar practicas de corrupción en la adquisición de estos productos, a través del apoyo de organismos internacionales.
Con información de Forbes