GN decomisa 34 paquetes con droga en empresas de mensajería de Querétaro
Sonsonete afuera de la Suprema Corte.
La sentencia histórica que declara inconstitucional la prohibición a cuatro ciudadanos de sembrar, cultivar y consumir mariguana será un referente histórico; escala a otro nivel el debate de un tema que nos divide.
El fallo de la Corte de ninguna manera implica la despenalización de la droga –aclara el Ministro Arturo Zaldívar–, pero es el primer paso a favor de los detractores del prohibicionismo.
Aún es difícil calcular lo que hay detrás de esa puerta abierta, de ahí la urgencia de debatir como vamos a cruzarla para evitar las pesadillas de un “mal viaje”.
El máximo tribunal brinda al Ejecutivo oportunidad de distender la guerra contra el narco y sus daños colaterales. “Ojalá tenga la audacia para aprovecharla iniciando leyes de vanguardia y no optando por la retaguardia”, comenta Jorge Castañeda.
Humberto Castillejos –Consejero Jurídico del Ejecutivo– y Eduardo Sánchez –Vocero Presidencial– enfatizan que el fallo solo beneficia a los cuatro promotores del amparo; que la producción, distribución y venta de marihuana sigue siendo un delito; que el consumo de la hierva es nocivo; que de ninguna manera la droga ha sido legalizada; que el Ejecutivo no presentará ninguna iniciativa para regular su uso.
“Es absurdo negar la necesidad de cambiar las leyes y abrir un proceso de revisión de políticas públicas en materia de salud en torno al consumo de la mariguana; el Estado no puede sustentar acciones en ordenamientos inconstitucionales; la respuesta del Gobierno suena rígida y estéril”, subraya el abogado Juan Francisco Torres Landa, uno de los ganadores del amparo después de tres años de lucha judicial.
El Ministro Zaldívar –audaz y valiente– y los promotores del amparo no se han pronunciado por la legalización de la mariguana ni han hecho apología del consumo; su postura se restringe al derecho humano de cada individuo a la libre determinación.
Que se debata la regulación de la mariguana como el tabaco y el alcohol; que pague impuestos; que existan políticas de prevención, información y atención a los adictos; que deje de ser un asunto criminal y punitivo. Eso sería lo mejor para empezar.
EL MONJE LOCO: Cambio en el equipo amarillo, anuncia la voz del (Sol) Azteca: entra Agustín Basave; sale Carlos Navarrete, salvo alguna inesperada sorpresa. Este fin no será el “Buen Fin” sino el fin a secas de un año patético para Navarrete y el perredismo. Por cierto, ¿Guerreros Unidos es una nueva corriente interna de ese partido?
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