De 15 mil 533 expedientes revisados para el PJ, rechaza Comité 5 mil 795
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de febrero de 2021.- Tras una larga sesión de cerca de 16 horas, de las cuales 12 fueron destinadas a reclamos más que a debate de reservas, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo particular por 289 votos a favor, 152 en contra y una abstención, todo el contenido del dictamen que reforma a la ley de la Industria Eléctrica y se envió al Senado para continuar con el proceso parlamentario.
Luego de las primeras cuatro horas de discusión y la votación en lo general del cascaron del dictamen, un total de 130 oradores presentaron 412 reservas con propuestas de cambio a todo el contenido del mismo.
A las 5 de la mañana y tras cerca de 12 horas de exposición más que de debate, todas las reservas hechas por Morena y PT fueron retiradas, pues solo utilizaron la tribuna para defender la reforma, reclamar a la oposición y celebrar la aprobación, mientras que las presentadas por los opositores fueron rechazadas en su totalidad.
De esta forma, como ya se había advertido desde Palacio Nacional, la iniciativa del Ejecutivo federal pasó prácticamente sin cambiarle ni una coma, pues los escasos cambios que se le hicieron fueron de forma más no de fondo.
Éstos fueron en artículos transitorios, donde se agregaron disposiciones para autorizar la revocación de permisos de autogeneración de energía obtenidos por fraude a la ley: revisar los contratos del sector eléctrico para garantizar su legalidad; así como dar más tiempo a las autoridades federales, para armonizar lineamientos, reglamentos y demás normas, a los nuevos términos de la Ley de la Industria Eléctrica.
Como ha sido el discurso a lo largo de estas semanas, la mayoría parlamentaria destacó que los cambios aprobados fortalecerán a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), señalando que se dará prioridad al despacho de energía eléctrica generada en plantas de la paraestatal y se dejará en tercer y cuarto plano la electricidad limpia generada por empresas privadas nacionales y extranjeras.
De igual forma, rechazaron tajantemente que la propuesta presidencial sea inconstitucional, así como que las tarifas eléctricas se vayan a incrementar más allá del nivel de la inflación; como se esperaba, los grupos mayoritarios acusaron que los legisladores, principalmente del PRI y PAN, defendían intereses de las empresas privadas del rubro energético, como Iberdrola.
A lo que la oposición se mantuvo en su postura, advirtiendo y reiterando en cada participación que la reforma provocaría daño económico al país, alza en los cobros por el uso de la electricidad, así como que es inconstitucional y será impugnada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), además, de que tendrá un costo millonario para el país, y enfrentará costosos juicios y demandas a nivel internacional por el incumplimiento de acuerdos comerciales.
Aunque en general la discusión no tuvo mayores sobresaltos, hubieron algunos momentos que tensaron el ambiente, como al inicio de la discusión cuando se fundamentaba el dictamen y se desató una guerra de pancartas y carteles a favor como en contra de la reforma; de igual forma, morenistas y aliados fueron criticados por vestir con camisas de mezclilla azul con el logotipo de la CFE, como las que utilizan los trabajadores de la paraestatal.
El grupo mayoritario echó mano hasta de grabaciones de los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox afirmando que no subirían las tarifas de luz, así como del actual jefe del Ejecutivo quien destaca la utilidad del combustóleo y el carbón como alternativas para generar electricidad.
Al final la votación favoreció la iniciativa presidencial, y la Cámara de Diputados cumplió en tiempo y forma con lo que se establece en la ley para desahogar las iniciativas preferentes que marcan un plazo máxima de 30 días para la cámara de origen y 30 días más para la cámara revisora, por lo que ahora la iniciativa aprobada en San Lázaro queda en la cancha del Senado.