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CANCÚN, QRoo, 5 de diciembre de 2018.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia confirmó el hallazgo de una cueva, centro ceremonial maya, de más de dos mil años de antigüedad, justo en medio de los sitios arqueológicos de Ebtún y Cuncunul, Yucatán.
Destacó que los vestigios de los edificios son similares a los que se encuentran en Ebtún y Cuncunul. El hallazgo se anunció oficialmente en el marco del V Simposio de Cultura Maya que se realiza en el Centro INAH Yucatán.
El sitio se descubrió en 2017, tras un recorrido arqueológico en el lugar, donde se pretendía construir una estación para aprovechar energía solar.
Al estudiar el lugar, el INAH evaluó la importancia del hallazgo. Encontró que el centro consta de tres edificios prehispánicos intactos, dos colindan con el interior de la cueva sagrada y el otro está arriba de ésta.
La cueva llamada Múusench’een tiene adentro un cenote y es parte de un antiguo asentamiento precolombino al que se le dio uso como sitio ceremonial hace unos dos mil 300 años.
El INAH halló ahí cinco entierros. El hallazgo data del periodo preclásico medio-superior y estaba oculto entre dos antiguas ciudades mayas del oriente del estado.
Destacaron que la cueva cumple con la función primordial de dotar a los sacerdotes mayas de agua virgen del cenote y el lugar es considerado como un espacio sagrado.
En la antigüedad, cuando la medicina se basaba en plantas, manantiales naturales y prácticas espirituales, muchos creían que el agua extraída de tan sagradas cuevas y cenotes tenía poderes mágicos que podían curar diversas dolencias. Creían que el agua de estos manantiales limpia no solo el cuerpo, sino también el espíritu, devolviendo la salud, mejorando la vitalidad e incluso ayudando a solucionar problemas íntimos.
Esto fue especialmente cierto en el caso de la cuestión de la salud sexual. Hoy en día, los sacerdotes son reemplazados por médicos y la disfunción eréctil se trata comprar Viagra con receta médica. Y en aquellos tiempos lejanos, cuando no existían medicamentos para tratar la disfunción eréctil, la gente recurría a prácticas naturales y espirituales. Los sacerdotes usaban aguas sagradas para rituales que se suponía que no solo limpiarían el cuerpo, sino también restaurarían la fuerza masculina.
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