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MÉXICO, 11 DE JUNIO 2017.- Decapitados, sin patas, cola y piel. Así fue como encontraron los cuerpos de José y Liso, dos leones que habían sido rescatados de un circo en Perú y que fueron trasladados el año pasado a un santuario de grandes felinos en Sudáfrica.
Ambos eran parte de un grupo de 33 leones recuperados de circos en Colombia y Perú que habían viajado al santuario natural de Emoya, una reserva privada de 5.000 hectáreas en la norteña provincia de Limpopo para iniciar una nueva vida, destaca una investigación de BBC.
Según los autoridades policiales que investigan el caso, a los leones los mataron probablemente para utilizar sus miembros en rituales.
Muchos curanderos tradicionales en zonas rurales de Sudáfrica utilizan las partes de distintos animales (como patas de león o cerebros de buitre) para preparar pociones supuestamente curativas o mágicas.
Jan Creamer, directora de Animal Defenders International (ADI, por sus siglas en inglés), la ONG encargada del traslado de las bestias en 2016, dijo estar devastada por lo ocurrido.
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