Se construye la paz con bienestar, educación y salud: Evelyn Salgado
ACAPULCO, Gro., 29 de noviembre de 2021.- El 9 de noviembre de 2021, Catalina Acosta, una trabajadora del hogar de 80 años, fue rescatada por su sobrina de la casa en Naucalpan, Estado de México, donde estuvo la mayor parte de su vida. Después de seis décadas de abuso laboral, físico y psicológico, salió del encierro sin dinero y con un cuadro de anemia y desnutrición a causa de la mala alimentación, una de las formas en la que la maltrataban sus patrones.
las trabajadoras del hogar en México, explica en entrevista Marcelina Bautista, directora y fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH). A Catalina la tenían incomunicada desde el principio de la pandemia.
A su familia le decían que no podía salir porque tenía demencia, aunque un médico que la valoró después de ser liberada descartó ese diagnóstico. En una ocasión, Catalina logró contactar a su sobrina y ella, a través de redes sociales, buscó el apoyo del CACEH para sacar a su tía del encierro. “Le dijo que la trataban muy mal, le gritaban mucho, le decían groserías, que ya no servía.
No podemos permitir que a nuestras compañeras las denigren de esa manera”, agrega Marcelina Bautista, quien acompañó a Angelina Hernández, la sobrina de Catalina Acosta, a buscarla en su lugar de trabajo.
De acuerdo con ONU Mujeres, esta situación es, en gran medida, el reflejo de la escasa valoración social y económica que las sociedades suelen otorgar a esta actividad, lo que refleja la ausencia de legislaciones adecuadas o la falta de una aplicación efectiva de las mismas. La trabajadora del hogar asegura que le quedaron a deber tres meses de salario, pero de acuerdo con Bautista y el CACEH, la deuda de sus expatrones sería mayor si se les hiciera cumplir la Ley Federal del Trabajo.
Tendrían que pagarle salarios vencidos, vacaciones, prima vacacional, aguinaldo y lo correspondiente en antigüedad por tantos años de trabajo.
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