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QUERÉTARO, Qro., 6 de diciembre de 2024.- Con la llegada de la temporada navideña, muchas familias enfrentan la decisión de elegir entre un árbol de Navidad natural o artificial. Aunque ambos tienen ventajas estéticas y ambientales, es importante considerar también su impacto en la salud.
Los árboles naturales, al ser orgánicos, pueden liberar esporas de moho que agravan alergias y problemas respiratorios. Por otro lado, los árboles artificiales suelen estar hechos de PVC, un plástico que puede liberar compuestos químicos nocivos, especialmente si son de baja calidad o están deteriorados.
Los riesgos para la salud varían según las circunstancias. En hogares con personas alérgicas, un árbol natural puede empeorar síntomas como estornudos, congestión nasal o incluso desencadenar asma. Por su parte, los árboles artificiales mal almacenados o de materiales baratos pueden acumular polvo y liberar partículas tóxicas, afectando la calidad del aire. Además, algunos productos químicos utilizados en su fabricación, como los ftalatos, están asociados con problemas hormonales.
Si la salud es la prioridad, un árbol artificial de buena calidad y bien cuidado puede ser una opción más segura, especialmente para quienes padecen alergias.
Sin embargo, si prefieres un árbol natural, es recomendable mantenerlo en interiores por poco tiempo y limpiarlo antes de ingresarlo a casa.