Capacita Sesa a manejadores de alimentos de la Sierra Gorda
MÉXICO, 11 de septiembre 2017.- El científico alemán Alexander von Humboldt visitó México en 1803 y entre algunas de sus observaciones en el país, reconoció el valor del pulque, una bebida que prolongaba la energía de quienes la bebían y favorecía las funciones del sistema gástrico. A finales de ese mismo siglo, existió otro guiño de la ciencia sobre sus virtudes: en Puebla se trató exitosamente el escorbuto con el tónico tradicional mexicanodel que por esas fechas se producían más de 250 millones de litros. Informa El Universal.
El pulque llegó a ser clave en la economía nacional. A mediados del siglo XX, estudios más sistemáticos realizados en el Valle del Mezquital, uno de los epicentros culturales de la bebida, reportaban que contenía vitamina C, hierro y rivoflavina, entre otras sustancias. De esta forma, muchas de las afirmaciones de la farmacopea tradicional sobre la bebida fueron adquiriendo peso. Probablemente el pulque no curaba el mal de amores, pero sus nutrientes revitalizaban el ánimo de otras formas.
El doctor Adelfo Escalante Lozada, investigador del Departamento de Ingeniería Celular y Biocatálisis del Instituto de Biotecnología de la UNAM (IBt-UNAM), afirma que para los científicos interesados en la bebida, el primer punto de atención fue determinar qué tipo de organismos estaban involucrados en la fermentación. Además de los encargados de producir levaduras y etanoles, el experto explica que el siguiente organismo fundamental en reconocerse en el pulque fue una bacteria láctica que se conoce como Leuconostoc mesenteroides.
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