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PERÚ, 8 diciembre 2022.- Cuando fue electo el año pasado, el maestro rural de izquierda Pedro Castillose convirtió en el primer presidente de Perú sin lazos con las élites.
Generó esperanzas de reformas, pero como varios de sus predecesores, fue destituido el miércoles en medio de acusaciones de corrupción, horas después de que intentara infructuosamente disolver el Congreso.
Más tarde, la fiscalía de Perú anunció su detención. Es acusado de rebelión, dijo una fuente a AFP.
Castillo, de 53 años, era prácticamente desconocido hasta hace cinco años, cuando lideró una gran huelga del magisterio que forzó al gobierno a aumentar los salarios.
Nació el 19 de octubre de 1969 en Puña, un pueblo del distrito de Chota, en la región norteña de Cajamarca, donde fue maestro de una escuela rural durante 24 años. Es el tercero de nueve hermanos y sus padres son campesinos analfabetos.
De niño, ayudaba a sus padres en el trabajo de la granja y debía caminar varios kilómetros para ir a la escuela.
Por primera vez, nuestro país será gobernado por un campesino, una persona que pertenece a los sectores oprimidos», dijo el día que asumió la presidencia, emocionado, vistiendo un traje tradicional andino negro y un enorme sombrero blanco típico de su pueblo.
No más pobres en un país rico», repitió como un mantra el ahora expresidente durante su campaña como abanderado de Perú Libre, un minoritario partido marxista leninista.
Con su sombrero blanco de copa alta típico de Cajamarca recorrió el país, a veces a caballo, para conseguir votos. En ocasiones poco formales, vestía poncho y sandalias confeccionadas con neumáticos usados.
Prometió «un país sin corrupción» y conquistó el sentimiento de indignación de millones de peruanos.
Dio una gran sorpresa al superar por estrecho margen en el balotaje a la derechista Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Con información de AFP