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CIUDAD VALLES, SLP., 27 de abril de 2019.- Uno de los rituales más ancestrales que en pleno siglo 21 sigue presente en la cordillera indígena de este municipio huasteco, es el del perdón, a través del cual el novio que se roba a la mujer tiene que ofrecer una gran comilona para resarcir la ofensa a la familia.
«No creo que sea machismo, más bien es una cuestión de valores, la familia es el vínculo más importante dentro de los indígenas y chicos y grandes lo saben, por lo que un joven que en verdad quiere a una mujer no tiene por qué robársela, llevársela sin el permiso de los padres a hacer una vida marital, quien quiere azul celeste, que le cueste», señaló José Doroteo Hernández Moctezuma, director municipal de Asuntos Indígenas.
«Antes, el novio tenía que entrar de rodillas a la casa la novia, tenía que pedir perdón por el robo, y los padres de él, también debían pedir perdón por no saber educar a su hijo y hacer la petición formal de la novia, actualmente sólo se hace la fiesta del perdón, ya no se arrodillan», señaló el funcionario.
Destacó que con esta fiesta, no se vende a la mujer, más bien se le da la honorabilidad a la familia, «es una cuestión de valores, de respeto, son tradiciones que en nuestras comunidades indígenas siguen muy arraigadas; habrá quien las critique, pero para nosotros tienen un gran valor y se deben conservar».
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