Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
La estrepitosa caída del ahora ex presidente de Perú, Pedro Castillo, tras su fallido auto golpe de estado, y la sentencia de un juez argentino de condenar a la ex presidenta Cristina Fernández a seis años de cárcel por la comisión de delitos relacionados con actos de corrupción, condena que librará en libertad por tener el fueron de vice presidenta y senadora, representan UNA FUERTE SACUDIDA AL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA.
Castillo vivía una condición de rechazo generalizado por la sociedad y los organismos institucionales peruanos.
Su intento de dar un auto golpe de estado fue una acción desesperada que definitivamente no tenía futuro.
Ha sido encomiable la actitud de las fuerzas armadas del Perú que en ningún momento respaldaron la pretensión antidemocrática de Castillo que pretendía gobernar por decreto.
En Argentina la sentencia en contra de Cristina Fernández es una señal de que el poder judicial del país pampero funciona, afortunadamente, como una institución autónoma e independiente.
Las declaraciones de los partidarios de la ex presidenta han sido apenas unas tibias muestras de solidaridad para un personaje como ella que faltó, al igual que lo hizo Castillo en Perú, a su compromiso de cumplir con honestidad su encargo como jefa del ejecutivo argentino.
Con la caída de Pedro Castillo se viene abajo la cumbre latinoamericana de los países con grandes litorales en el océano Pacífico que se llevaría acabo en el país andino.
En esa cumbre, en la que México, Chile y Colombia serían actores claves por su manifiesta preocupación por la utilización del crimen organizado para introducir por el mar los precursores químicos como el Fentanilo que terminan por convertirse en drogas que son consumidas, tanto en nuestro país como en Estados Unidos, por una población predominantemente joven.
Los gobiernos populistas en América Latina, del que son ejemplo cimeros Cuba y Venezuela, han visto como un fuerte mensaje las acciones que han puesto en tesitura de delincuentes a Pedro Castillo del Perú y a Cristina Fernández de Argentina.
¿Estamos frente a una posible reconversión de los gobiernos de izquierda en América Latina?
Pronto se verán las consecuencias de los eventos ocurridos en Perú y Argentina.