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QUERÉTARO, Qro., 03 de enero 2018.- En países con economías emergentes como la de México, la obesidad infantil y las enfermedades asociadas a ella, han aumentado en proporción alarmante sobre todo en los últimos 20 años, por lo que la Organización Mundial de la Salud la consideró en 1998 como epidemia y problema de salud pública.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, en el ámbito nacional la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en la población en edad escolar, en 2016, fue 33.2 por ciento, es decir tres de cada 10 escolares presentan sobrepeso u obesidad. La prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en la población adolescente fue de 36.3 por ciento.
Ante este panorama, la Secretaría de Salud ofrece atención nutricional para niños y adolescentes, basados en la orientación alimentaria, evaluación y vigilancia del estado nutricional. Asimismo, se establecen estrategias de seguimiento y tratamiento de la desnutrición, sobrepeso y obesidad, ingresando a control nutricional a niños de 0 a19 años.
La manera como se evalúa el crecimiento normal de 0 a18 años es por medio de las curvas de crecimiento establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que toma en cuenta la edad, la estatura y el género. Se valora el índice de masa corporal, con lo que se compara el peso y la talla de un niño con el promedio de la talla y el peso de niños o adolescentes sanos de su misma edad y género.
Cabe señalar que los factores de riesgo para el sobrepeso son los cambios en la dieta tradicional abundante en frutas, vegetales y leguminosas, por la de tipo occidental rica en grasas saturadas, y azucares refinados con carga glucémica elevada. Además de la falta de ejercicio, el sedentarismo e inactividad física; así como el consumo de “comida chatarra”, refrescos embotellados o jugos, y la predisposición genética.