Cómo celebrar el Guadalupe-Reyes sin excederte ni arrepentirte
CIUDAD DE MÉXICO., 19 de abril de 2019.- La doctora Cristina decidió hace tres años mudarse junto con su esposo de Saltillo, Coahuila, a la Ciudad de México. Allá, en medio de balaceras, su consultoriono tenía letrero y atendía sin bata. Entre colegas optaban por llamarse por el nombre de pila para ocultar su profesión. Los miembros del crimen organizado, dijo, se llevan a los médicos para que los curen tras enfrentamientos. En tierra narco, ella trabajaba a escondidas.
“Llegaban a veces a tocar [la puerta de la casa-consultorio] y tuvo mi esposo que negar muchas veces que era médico para que no hubiera problemas, porque si se lo llevan a uno, no regresa. Y si regresa, ya saben los demás que estás trabajando para ellos”, evocó.
En Saltillo cobraba 300 pesos la consulta más medicamentos. En la capital del país labora en una farmacia donde cobra 35 pesos.
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