Libros de ayer y hoy|Teresa Gil

                                                  Libros de ayer y hoy

                                    Entre los provocadores fifís y los burdos
                                                        Teresa Gil
                                      [email protected]

Los provocadores fifís, con sus conductas -y tal vez con sus recursos y planes ocultos-, son los que conducen finalmente a la provocación burda y bandolera. Organizado o no, por lo general lo primero, las instigaciones son tan acusadas y tan exhibidas, que cualquier grupo desarrapado puede asumirlas. Más si hay recursos. El grito en el cielo pusieron esos que todos los días lanzan la espada vengadora, porque la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, no reprimió a los grupos de provocadores que interrumpieron la marcha por los cinco años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y causaron desmanes y destrucción. Desde la ironía más torpe hasta la diatriba más procaz circuló en redes y medios escritos, molestos muchos de ellos porque les falló la jugada. Pero van subiendo de tono, un día pueden rebasar los límites y causar daños mayores. Las historias son bien conocidas y en Venezuela se fue aplicando paulatinamente hasta llegar a la barbarie de quemar vivas a personas. Aquí la provocación fue el elemento que usaron los gobiernos priístas en casos de todos conocidos, el más señalado el de Jueves de Corpus de 1971, con los llamados Halcones. Pero la diferencia fundamental que se da es que aquellos, los priístas, estaban organizados desde el sistema y estos se dan contra el régimen que gobierna. Pueden ser los mismos organizadores y sus aliados, pero al revés. Salen a relucir nombres de grupos de golpeadores, los burdos, los utilizados, los halcones de ahora, pero ¿quienes maniobran desde afuera, en secreto, en la oscuridad de lo sucio para ponerle trabas a un gobierno que ofrece cambios?

¿EL CASO BARTLETT, DISTRACCIONISTA? CRIMEN DE ESTADO EL DE AYOTZINAPA
Se ha mencionado la idea de obstruir a como de lugar la solución del caso Ayotzinapa, más cuando el subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas, lo ha ratificado como crimen de estado. AMLO declara a su vez que no hará nada en contra de ex presidentes, ¿pero que sucederá si las pruebas son abrumadoras? Los avances que se dieron a conocer a grandes a rasgos este pasado 26 de septiembre, las líneas que parecen conducir a la verdad, tienden en un hilo a los verdaderos causantes de la orden de desaparición. Minimizado casi con guasa por algunos periodistas y columnistas vinculados en el pasado con el sistema, los datos aportados este 26 de septiembre, demuestran que la prensa que se nutre de la nota escandalosa esperaba una noticia de última hora, apabullante. Dentro de las sospechas de siempre se empieza a ver por donde va la trama y hacia ahí se trabaja. Mientras, se agudiza la campaña contra funcionarios de primer nivel del gobierno federal. El caso Manuel Bartlett da la vuelta en algunos países y puede ser a causa de los recursos invertidos en esas imformaciones. La oposición está atacando por varios lados. En el caso de los provocadores de la marcha del 26 de septiembre, apareció esa falsa moral de los que lamentan que no se ponga coto a la agresión y la policía se quede con los brazos cruzados. Muy justicieros.

LAS VOCES DIVERSAS DEL POETA. JAIME SABINES YSU TESTIMONIO DEL 68
A los poetas no se les puede pedir más: son ellos mismos. Los tomamos o los dejamos. A Jaime Sabines lo encumbró su larga obra poética, su presencia permanente en la historia de la poesía, sus años de política dentro del PRI y la larga enfermedad que lo postró por décadas. Es un gran poeta, con una gran obra y en sus apuntes y testimonio del 68, si bien ironiza en el olvido de la gente para entregarse al jolgorio de las Olimpiadas, se duele de los muertos: “habrá que lavar no solo el piso -por la sangre-, la memoria”…”Pero la sangre echa raices”. En muchos de sus poemas critica al sistema, pero trabaja para él. Fue diputado del PRI en dos ocasiones. En su libro Nuevo recuento de poemas (Joaquin Mortiz 1986)) denuncia la soledad en la que está el hombre atrapado por un poder, el miedo que a veces le produce vivir en un lugar que tiene límites, pero clama al amor por la vida. En ese libro se publican muchos de sus poemarios, entre ellos Los amorosos por el que más se le recuerda. Nació en Tuxtla Gutiérrez Chiapas, en 1926 y murió en 1999 después de una larga enfermedad que le ocasionó 34 cirugías. Fue el suyo un gran sufrimiento pero aún tuvo aliento para reírse e ironizar de su vida de político:

ESTOY METIDO EN LA POLÍTICA OTRA VEZ
Estoy metido en la política otra vez
Se que no sirvo para nada
pero me utilizan y me exhiben
“Poeta de la familia
mariposa circense
atravesado por un alfiler
vitrina 5”
(Voy con ustedes, a verme”