Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Mientras los vientos de fronda agudizados en España se trasladan a México, hay conmemoraciones este mes, que tienen que ver con la derecha que asuela nuestra democracia y que ya estuvo parapetada estos días en Nuevo León. Es esa derecha la que urdió la muerte de Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928 y la instigación del asesinato de Miguel Hidalgo y Costilla el 30 de julio de 1811. La derecha no solo pontifica, actúa. Y la gran población inserta por fe y creencias en esos sectores, no alcanza a comprender o no la dejan que recuerde que hubo una conflagración turbulenta, la Segunda Guerra mundial, que arrasó con la vida de 40 millones de personas desde la perspectiva del conservadurismo de los nazis. Postura que hoy está representada en el gobierno ucraniano de Zelensky y en sectores que dominan parte del estado, impulsados como la que se mueve en México contra el comunismo. La beligerancia de esos sectores que actúan organizados, se basa en la agresión física en muchos casos, como se vio en la toma del Capitolio en Estados Unidos y como se está comprobando periódicamente en España, con las agresiones a la sede del partido Unidas Podemos e Izquierda Unida.
LAS AGRESIONES DE LA DERECHA EN MÉXICO, ESTÁN FINCADAS EN EL INTERÉS
Es claro que las posturas de la derecha en los territorios de América, son con el afán de expansión. No hay otra intención sino el interés pleno del apoderamiento. Ya lo hemos visto en las muchas empresas españolas que sentaron reales con la derecha calderonista. Esa derecha tiene asideros con la que hay en el país y en los mismos niveles eclesiales. En España la situación ha surtido efecto en el gobierno de Pedro Sánchez y lo comprobamos en su actitud ante los migrantes y su apoyo al gobierno reaccionario de Marruecos frente a Argelia y los pueblos saharauí. El partido Juntas Podemos ha sufrido una serie de agresiones desde el año anterior: bombas molotov contra sus propiedades, vidrios rotos y destrucción diversa que ha sido denunciada como terrorismo pero a lo que las autoridades han hecho caso omiso. Según autoridades de Cartagena por ejemplo, donde se ejecutó un atentado dijeron que no podía ser terrorismo porque era una sola persona la que ejercía los actos. Y es que la derecha conocedora de esas leyes, instruye a diferentes individuos que actúan solos, pero bien pertrechados. Las últimas agresiones han sido más graves y destructivas. El propio AMLO en una de sus mañaneras condenó los hechos y se solidarizó con Podemos.
JULIO, UN MES LUCTUOSO: OBREGÓN E HIDALGO ASESINADOS
La derecha siempre pasa por periodos alebrestados y en julio hay dos fechas históricas que se le atribuyen: el asesinato de Álvaro Obregón Salido y el ajusticiamiento de Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la Patria. El segundo caso fue el 30 de julio por una decisión del ejército al servicio de las fuerzas españolas, pero la iglesia católica que había condenado religiosamente al cura, lo consideró justo. Muchas décadas después en 1987, esa iglesia reviró la injusticia e hizo un viaje con sus representantes eclesiales a Dolores Hidalgo Guanajuato, para pedir perdón a Hidalgo. El asunto ahí quedó. Pero el cura Hidalgo ya tenía 176 años de haber sido fusilado. El caso de Álvaro Obregón se le atribuyó a su insistencia de ser reelecto, pero ese fue el pretexto, porque la intención de los asesinos era terminar con Obregón y Plutarco Elías Calles y otros revolucionarios. De hecho desde 1926 ya había habido varios atentados contra Álvaro Obregón. Y uno causó en 1927 el fusilamiento del sacerdote Miguel Agustín Pro y su hermano. Hecho que exacerbó más la situación cristera. La instigación siguió adelante con la intervención de Concepción Acevedo de la Llata la llamada madre Conchita, quien ejerció una gran influencia en los que conspiraban y logró que el potosino José León Toral asumiera su papel de mártir. León Toral asesinó a Obregón el 17 de julio a las 14.20 en el Parque de la Bombilla, en San Ángel; fue fusilado y sus cómplices entre ellos la madre Conchita, encarcelados. Pero el mes de julio ya había dejado su huella de muerte marcada por la derecha católica de la época.