El presupuesto es un laberinto
Nuestra flor, la más famosa de todas, se festeja el 8 de diciembre. Pero así como se han descuidado muchos bienes y endémicos de México así se trató a nivel mundial la bella flor de fuego, la Cuetlaxóchitl, que los curas por conveniencia llamaron flor de navidad, Nochebuena. Y sí la promovieron en el mundo por su gran belleza, no solo fue como lucimiento sino por los grandes recursos que produce en estas épocas. Solo la Unión Europea producía desde 2018, ciento diez millones de plantas para uso de este tiempo, 50 millones Estados Unidos y nosotros, los dueños, solo 19 millones de acuerdo a UNAM, aunque otros datos la reducen a la mínima expresión. Lo mismo hemos dilapidado otras cosas de origen por inercia de autoridades a lo largo de décadas, a las que no les interesó registrar como propios esos regalos de la naturaleza. Y eso con todo lo que los españoles nos saquearon e hicieron suyos y otros pueblos han registrado también como propios, entre esos la vainilla, el tomate, el aguacate, el chocolate, et al, cosas que nos donó la naturaleza y ahora hacen ricos a los demás
EL CASO DE AQUEL TIPO QUE SE ROBÓ LA FLOR ROJA Y LE PUSO SU NOMBRE
Muchas veces desde esta columna, con la indignación a cuestas, hemos repetido el robo descarado que hizo el embajador gringo Joel Roberts Poinsett allá por 1830. Simplemente se llevó esquejes de la planta y la registró como suya en su país, cosa absurda el que una persona sea dueño de una planta creada por la naturaleza. Por eso en algunos sitios la flor nuestra se llama poinsettia. El mencionado diplomático estuvo en México desde 1825 y fue removido por causas no muy claras y finalmente tomó las de villa Diego, con los esquejes a cuestas. Menos mal que México logró registrar a tiempo la planta que da el tequila y el mezcal, aunque ya hay países que usan el maguey como propio. En el caso de la Cuetlaxóchitl han despreciado incluso su nombre náhuatl, usando el de los curas. Pero al parecer no han profundizado en los beneficios que entrega dicha planta, que en México nuestros ancestros usaron y todavía lo hacen en comunidades.
RELUMBRA NUESTRA FLOR ROJA ENTRE MÁS DE 400 PLANTAS MEXICANAS La flor roja, estrella vegetal de diciembre, se llama Flor de Pascua en los medios estudiosos de la Herbolaria Mexicana. Han sido rescatadas más de 400 plantas diferentes, una buena parte de contenido medicinal. La Cuetlaxóchilt no desprecia ese sector porque es recomendada sobre todo para la tos de invierno cuando más se maneja en el mundo y para evitar alergias en la piel. El Colegio de Postgraduados de la Universidad Autónoma de Chapingo, que ya hemos mencionado en otras ocasiones, es uno de los que más ha profundizado en la herbolaria mexicana y en su edición del tomo especial (editorial de Postgraduados 2012) se refiere a los nombres científicos de plantas que conocemos tan comunes como el arroz, la avena, la calabaza, el chayote, y centenares más y desde luego a las flores de bello adorno entre la que está la que llaman Flor de Pascua, la Cuetlaxóchitl, pero cuyo nombre científico es Euphorbia pulcherrima, cuyo aporte también es el latex tan usado en la industria. Señalan los expertos en ese libro, coordinado por el científico Alberto Jiménez, que una de sus formas de cultivo es a través del esqueje, cosa que aprovechó el tal Poinsett para hacer su fraude. Actualmente la flor es cultivada primordialmente en Morelos, Michoacán, la Ciudad de México, Puebla y el Edomex