Bienestar Michoacán, el negocio de la corrupción a costa del infelizaje
MORELIA, Mich., 17 de marzo de 2021.- Joel Garrido lleva trabajando en la carpintería durante toda su vida, ya que su padre era carpintero. De manera formal, con un taller, ya tiene 30 años en el oficio, y le gusta mucho, confiesa a Quadratín, y dice que lo que más le gusta es entregar el trabajo terminado al cliente.
“Yo me crié entre la madera. Desde la primaria me ponía a ayudarle a mi papá, y después nos puso en forma a trabajar. En la secundaria, igual seguí trabajando con él, ya cuando entré a la prepa decidí dedicarme a esto porque es un oficio que me gusta bastante”, cuenta Joel.
Entrevistado en su carpintería llamada Good Line, ubicada en Fuentes de Morelia, el carpintero manifiesta que la más grande satisfacción que le da la carpintería, es cuando se termina el trabajo, lo instala y que el cliente quede satisfecho; “decir: ‘yo lo hice”.
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