Cambio de coordenadas
La pregunta parece ociosa, incluso parece obvia y hasta elemental. Sin embargo, no lo es.
¿Por qué?
Porque de la respuesta dependerá el futuro político del presidente más votado en la historia, dependerá la supervivencia de su movimiento y, sobre todo, dependerá el futuro del país y de la democracia.
Es decir, en la medida que los ciudadanos entiendan el tamaño de la irresponsabilidad del presidente Obrador; en la medida que comprendan que el mandatario mexicano comete un crimen de Estado, en esa medida millones de mexicanos abrirán los ojos y –voto a voto–, echarán del poder al mayor criminal de la historia en México.
Pero vamos por partes.
Hasta hoy, a meses de iniciada la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, en México nadie sabe –a ciencia cierta–, el numero de muertos a causa del virus, tampoco conocemos el tamaño del contagio y, sobre todo, ignoramos hasta dónde podrá llegar la crisis sanitaria.
Sin embargo, lo que si sabemos –porque está a la vista de todos–, es que el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales de Morena son los peor evaluados por el mal desempeño ante la pandemia.
¿Por qué el gobierno federal, de Morena, además de los congresos en manos de Morena, los municipios y gobiernos estatales de Morena son todos igual de irresponsables frente a la pandemia?
¿Por qué todos esos gobiernos, políticos y legisladores mienten todos los días, engañan y ocultan la realidad de la pandemia?
¿Y por qué razón, frente a la opacidad del gobierno federal y de todos los centros de poder de Morena, resulta que los gobiernos opositores –del PAN, PRI y PRD–, son los mejor evaluados ante la pandemia, son los que mejor han respondido a la emergencia y en donde existe el menor número de contagios y un menor número de muertos?
La respuesta es la misma a todas las interrogantes arriba citadas.
Resulta que al gobierno de Obrador, a su partido, a sus legisladores y mandatarios estatales, poco o nada le importa la vida de los ciudadanos, tampoco les importa la emergencia sanitaria y menos les importan los efectos de la pandemia en la economía, el empleo y el futuro.
¿Y, entonces, qué les importa?
Otra vez la respuesta es elemental –simple y llana–, lo único que les importa a López es mantener el poder, a costa de lo que sea; le importa seguir en el poder a costa de las vidas, del futuro de los jóvenes, de los niños con cáncer, de los viejos, los pobres y a costa del engaño.
Es decir, que así como AMLO rindió la plaza ante el rimen organizado y el narcotráfico, así López rindió la plaza ante la pandemia de Covid-19.
Y es que a Obrador no le importa ganar el aplauso de la gente a partir de los resultados positivos de su gestión; le interesa ganar el aplauso fácil a partir del clientelismo, el engaño y la mentira
Por eso, por ejemplo, todos los días el gobierno de AMLO se empeña en engañar al pueblo sobre el número real de víctimas mortales y de potenciales infectados de la pandemia; en tanto que gobiernos estatales como los de Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Morelos y Tabasco, entre otros, son desbordados por la demanda de atención médica.
Por eso, todos los días, López rechaza el fracaso económico y hasta se empeña en cambiar la realidad de la caída del crecimiento, del empleo, de la inversión y del bienestar.
Por eso –porque apuesta a la propaganda y a la popularidad, antes que a los resultados de una buena gestión–, AMLO está urgido de reanudar giras de propaganda por el país, para engañar y engatusar ciudadanos; para imponer la mentira oficial ante una realidad aplastante de fracaso tras fracaso; ante la inocultable verdad de su gobierno fallido.
López Obrador sabe que la pandemia llevará el enojo social a niveles de desastre para su proyecto. Por eso engaña y miente; por eso oculta la realidad de los contagios y los muertos; por eso insiste en reanudar su propaganda en pueblos y plazas.
Por eso López oculta la tragedia que viven miles de mexicanos a causa del virus; por eso minimiza la verdad, por eso descalifica a observadores y críticos extranjeros, por eso apuesta a engatusar a muchos por mucho tiempo.
¡Pero, a querer o no, López no engañará a tocos todo el tiempo!
Al tiempo