Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Sólo era cuestión de tiempo.
Sólo bastó esperar que el fracaso estrepitoso obligara al presidente mexicano a quitarse la máscara para exhibir lo que siempre ha sido; un dictador capaz de las mayores felonías.
Un tirano que aspira a mantener el poder pisoteando la Constitución y, sobre todo, apoyado en el poder corruptor de militares y marinos.
Una dictadura que se perfila a través la reelección directa –del eficiente necesariato de Porfirio Díaz–, o mediante un Maximato utilizando a uno de los preferidos de Palacio, motejados como “corcholatas”
Por eso, para consolidar su dictadura, López Obrador prepara el terreno con “el sambenito” de que “la soberanía nacional” está en peligro frente a las potencias del norte, lo que obliga a todos; ciudadanos, empresarios y fuerzas castrenses, “a cerrar filas” en torno al presidente.
Pero lo cierto es que para nadie resulta novedad que Obrador impuso desde el 1 de diciembre de 2018 una tiranía que día a día gana terreno hasta llegar, hoy, a la militarización total de la vida nacional.
Y es que hoy en México todo se lleva a cabo por decreto presidencial y violando la Carta Magna; desde la militarización, pasando por la expropiación privada, las venganzas políticas y la cancelación de libertades fundamentales, como la de expresión.
Pero también es verdad que sólo los ingenuos, fanáticos y “paleros” se negaron y se siguen negando a ver que –por lo menos desde 2017–, estaban a la vista de todas las señales de que Obrador impondría una dictadura.
Es decir, todo el poder concentrado en un solo hombre; un tirano que tiene el control absoluto de las instituciones del Estado, que propició la muerte de la División de Poderes, que sometió a los poderes Legislativo y Judicial y que mantiene amordazada a la prensa.
Pero debemos insistir: no quiso ver la tiranía de López sólo aquel que cerró los ojos a la realidad, desde hace por lo menos dos décadas.
Sí, desde los tiempos en que el tramposo Obrador violentó la Ley Electoral para postularse –de manera ilegal–, como aspirante a jefe de gobierno del Distrito Federal, con el aval del PRD y de la izquierda mexicana.
Pero ya en 2017 las señales eran inequívocas.
Por ejemplo, en el Itinerario Político del 1 de agosto de 2017, titulado: “¡Gracias, dictador Maduro”, dije que la destrucción del sistema electoral venezolano, impulsado por Maduro, era una advertencia de lo que podría llevar a cabo López Obrador como eventual presidente.
¿Y que fue lo primero que anunció AMLO como mandatario?
En efecto, la destrucción del INE, en cuyo empeño sigue firme.
Meses después, el 27 de noviembre de 2017, en el Itinerario Político titulado: “¡Confesiones de un dictador!”, dije que el Proyecto de Nación de López no era más que una confesión de parte, del futuro dictador.
Sí, proponía una fiscalía general a modo, para llevar adelante las venganzas personales de López; una amnistía a los cárteles del crimen organizado y adelantaba que no habría persecución a los capos del crimen, convertidos en aliados.
Pero el mayor peligro del eventual gobierno de AMLO, advertí ese 27 de noviembre de 2017, es la llama “Guardia Nacional”, que no es más que un grupo represor al mejor estilo de las dictaduras.
Así lo dije: “Llama la atención la ambigüedad de los objetivos para los que AMLO crearía la “Guardia Nacional”.
“A qué se refiere Obrador por “serenar al país”? ¿Para qué requiere una “Guardia Nacional” si ya cuenta con el Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería?
“También llama la atención que el líder de Morena promete regresar al Ejército a los cuarteles pero, al mismo tiempo, planea crear una suerte de “policía militar” que estaría bajo su dirección, permitiéndole disponer de los efectivos castrenses, pasando por encima de los secretarios de la Defensa y de la Marina.
“Lo cierto es que la “Guardia Nacional” que propone AMLO tiene idénticas características a “La Guardia Nacional Bolivariana” de Venezuela; grupo militar que sostiene al dictador Maduro”. (Fin de la cita)
Volví al tema con el Itinerario Político del 14 de diciembre de 2017, titulado: “Morena, la dictadura perfecta”, en el que advertí que rumbo a la presidencial del 2018, Morena había concentrado las peores practicas corruptas, clientelares, antidemocráticas y de extorsión política del viejo PRI y que, por tanto, el partido de AMLO era “la nueva dictadura perfecta”.
Esa entrega concluyó con la siguiente pregunta: “¿Qué hacen en Morena brillantes académicos, políticos sensatos, empresarios exitosos, periodistas preparados y ciudadanos bien educados, si se trata de una de las peores dictaduras de partido?
“La respuesta puede ser demoledora: parece que a todos ellos les gusta la dictadura, les “vale madre” la democracia, nunca han sido demócratas y apuestan por un futuro como el de Venezuela”. (Fin de la cita)
De vuelta a la eventual dictadura en un gobienro de AMLO, dije en el Itinerario Político del 20 de abril del 2018, titulado: “La dictadura tardía”, que de manera tardía, López intentaría imponer en México una dictadura al estilo de las tiranías de finales del siglo 20 en el sur del Continente.
Así lo expuse: “Si en Morena se vive la dictadura de un solo hombre, ¿por qué creer que un eventual gobierno de Obrador sería distinto; por qué los ingenuos, incautos, bobos y hasta los idiotas siguen ciegos y sordos al mesías que promete que su gobierno será diferente; por qué la ceguera y la sordera?
“De verdad creen que un tirano que construyó su propio partido con dinero sucio; que es dueño único del partido; dueño de vidas y carreras de quienes militan en su partido, estaría dispuesto a someterse a las reglas de una democracia representativa, como la del presidencialismo mexicano?
“¿Por un momento se imaginan al dictador de Morena sometido a la Constitución, a la división de Poderes; a la crítica y la rendición de cuentas?
“Pues no lo tienen que imaginar; sólo tienen que recordar: ¿recuerdan cuando AMLO fue jefe de gobierno del DF; cuando ignoró a la Asamblea Legislativa; cuando violó la Constitución, extorsionó a los empleados del GDF, cuando insultó a la “Marcha Blanca” que protestó por los escandalosos niveles de violencia…”. (Fin de la cita)
Por último, el 30 de abril de 2018 el Itinerario Político se tituló así: “¡La dictadura está a la vista!”, en donde enumeré ejemplos de lo cotidiano de hoy; Paco Ignacio Taibo II proponía a López expropiar a los empresarios adversarios y fusilar a los opositores; mientras que Claudia Sheinbaum levantaba la clausura a negocios en Tlalpan, a cambio de afiliarse a Morena, en tanto que recudadoras como Rocio Nalhe y Delfina Gómez pregonaban su recaudo proveniente del crimen organizado.
Luego de las entregas del Itinerario Político del 20 y 30 de abril de 2018, López Obrador lanzó la más demencial persecusión contra periodista mexicano alguno, contra el autor de este espacio.
Sin embargo, el tiempo nos dio la razón, incluso en el análsis prospectivo previo a julio de 2018.
Es decir, la dictadura de López Orador estaba a la vista de todo aquel que quisiera verla.
Y es que López Obrador engañó sólo a los idiotas que se dejaron engañar.
Al tiempo.