Libros de ayer y hoy
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Afganistán, rompecabezas de Clinton, Bush, Obama, Trump y Biden
El presidente Bush inició la invasión a Afganistán en 2001 para castigar a los talibanes por proteger a Al Qaeda y copatrocinar los ataques del 9/11 y la Casa Blanca quedó atascada en el pantano afgano por veinte años y cuatro presidentes y hoy sale huyendo en imágenes de pánico similares a las de Saigón en 1975 cuando perdió la guerra en Vietnam.
Afganistán fue, siempre, un rompecabezas para el país más poderoso del mundo.
Un memorándum del Consejo de Seguridad Nacional del 25 de enero de 2001, nueve meses antes de los ataques a las Torres Gemelas, reveló que Clinton nunca dejó un plan integral ante la amenaza de Al Qaeda y Osama bin Laden.
Un memorándum de la Casa Blanca del 6 de agosto del 2001, mes y medio antes de los ataques, reveló que “Osama bin Laden estaba decidido a atacar a EU”. Y nadie hizo algo para detener el 9/11.
En 2014 el presidente Obama intercambió a cinco comandantes talibanes presos en Guantánamo por un desertor estadunidense. Uno de los terroristas, Zalmay Khalilzad, formó parte del comando talibán que derrotó hace días a EU. (The New York Post.)
Cuando comenzaron a caer posiciones estadunidenses en manos de los talibanes, había llegado “la hora shit”. (Bryan Bender, Alexander Ward, Lara Seligman, Andrew Desiderio y Alex Thompson, en Político.)
“El pueblo afgano no eligió a los talibanes. Lucharon y murieron junto a nosotros”: Condoleezza Rice, asesora de seguridad nacional de Bush en 2001 y luego secretaria de Estado. (The Washington Post.)
El 9 de diciembre de 2019 el The Washingto9n Post publicó un expediente minucioso que tituló como Afganistán Papers, jugando con el modelo de los Pentágono Papers sobre Vietnam que litigaron en la Corte en 1971. Ahora esos documentos revelaron el caos, la corrupción, la incapacidad y la forma en que el gobierno de Estados Unidos dilapidó billones de dólares en veinte años en Afganistán para, al final, salir huyendo de la zona.
* El 23 de agosto el sitio Real Clear Politics, de consulta indispensable, publicó un resumen de encuestas y detectó que la desaprobación de Biden por Afganistán había bajado de la línea de flotación de 50% y estaba en 48.9%, en tanto que la aprobación era la más baja: 46.6%.
El presidente Obama llegó a la Casa Blanca con el compromiso de terminar con la presencia militar de EU en Afganistán, pero cayó preso en el síndrome de Vietnam y aumentó las tropas en 30 mil efectivos. (Peter Baker, en The New York Times.)
La falta de paciencia estratégica de Biden condujo a EU al desastre: Ryan C. Crocker, en The New York Times.
La guerra debía de terminar, pero la administración Biden debió de haber protegido a quienes arriesgaron todo en pos de un futuro diferente: Comité Editorial del The New York Times.
Los medios se niegan a llamar a Biden un mentiroso sobre Afganistán a pesar de la evidencia, a diferencia de lo que hicieron con Trump: New York Post.
“Maldita foto de un líder débil”: columnista Miranda Devine, del New York Post, ante la foto de un Biden solitario, en una mesa de trabajo, mirando por televisión el avance de los talibanes sobre posiciones estadunidenses en Afganistán.
El secretario de Estado, Antony Blinken, debe renunciar: Josh Hammer en New York Post.
Biden: “¿quieren que sus hijos mueran en Afganistán? ¿Para qué?”, una declaración presidencial que ilustró la derrota moral de EU y que debió de haber sido hecha en 2021 para no ir a una guerra que iba a perder.
“La debacle de Biden”: portada de The Economist.
Pompeo, director de la CIA y secretario de Estado de Trump: “el trágico desastre afgano de Biden no tenía que ser así”: entrevista con Breitbar News.
La tragedia de Afganistán, “porque el sueño americano de ser la nación indispensable en la configuración del mundo donde los valores de los derechos civiles, el empoderamiento de las mujeres y la tolerancia religiosa demostró ser sólo eso: un sueño”. Comité editorial del The New York Times.
Las lecciones de Afganistán: el gobierno desestimó de manera consiente el tiempo requerido para reconstruir Afganistán; la ineficacia del programa de EU, muchas de las instituciones e infraestructura de EU en Afganistán no fueron sustentables, el gobierno de EU no entendió el contexto afgano y falló: y las agencias no monitorearon las políticas y sus resultados: Inspector especial para la reconstrucción de Afganistán.
El aparato de seguridad de EU sigue produciendo fallas. En abril el Consejo de Seguridad Nacional se reunió treinta y seis veces para discutir el fracaso. Fareed Zakaria, The Washington Post.
El ejército estadunidense se vio envuelto en un conflicto guerrillero imposible de ganar en un país que no entendía. Bush no sabía el nombre de su comandante de guerra en Afganistán y no quería tener tiempo para reunirse con él, el secretario de Defensa Rumsfeld admitió que no tenía visibilidad de quiénes eran los malos y su sucesor Robert Gates dijo que “no sabíamos una mierda sobre Al Qaeda”. The Washington Post.
Biden: “no puedo prometer cómo acabará la evacuación, pero usaré todos los recursos para sacar a los estadunidenses”.
El general Austin Scott Miller, comandante en jefa de Fuerza Delta para operaciones negras de ataque violento, fue designado comandante militar en Afganistán en 2018, pero no para un ataque blitzkrieg, sino que se le ordenó entregar la plaza sin combatir a los talibanes”. Político.
“Créanme, es mucho más fácil invadir un país que dejarlo ordenadamente”: general Perkins en Político.
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