Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
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Por Carlos Ramírez
Luego de muchas vueltas y experimentos, finalmente el sector derecha-ultraderecha encontró a la figura icónica que pudiera representar a los intereses de esa corriente ideológica en la figura del exconsejero presidente del viejo IFE, José Woldenberg, para catapultarlo como candidato de la coalición PRI-PAN-PRD-Coparmex-Claudio X. González y organizaciones conservadoras que están pululando en busca de espacio político y candidaturas legislativas.
El anuncio de que Woldenberg será el único orador oficial en la marcha a favor del INE del domingo 13 de noviembre fue el arranque formal de la precandidatura del exfuncionario escogido por el presidente Carlos Salinas de Gortari para convertirse en el eje dominante de la burocracia del Instituto Electoral en 1996, toda vez que es el actual consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello está impedido por mandato constitucional a ser candidato a un puesto de elección popular.
La nominación de Woldenberg logra articular una coalición de centro-ultraderecha para polarizar las elecciones presidenciales frente al candidato de Morena y partidos asociados. Woldenberg proviene de la autodenominada izquierda no marxista –cualquier cosa que eso signifique– universitaria y ha pululado bajo la bandera de la transición a la democracia, pero en el entendido de que su modelo democrático es el procedimental, representativo y definido por el PRI, con el único añadido de que se basa en reglas estrictas de respeto al voto.
La presencia de Woldenberg como precandidato-vocero de la defensa del INE tiene un antecedente muy concreto: el exconsejero presidente del IFE jugó un papel determinante en la reforma político-electoral de 2012-2014 que se pergeñó al amparo del Pacto por México del presidente Enrique Peña Nieto y que la iniciativa de reforma político-electoral del presidente López Obrador corrige y anula la reforma peñista que tuvo el propósito de consolidar el eje político-ideológico de la alianza PRI-PAN para seguir manteniendo el control de los procesos electorales.
Woldenberg no solo participó en el diseño de la reforma electoral del Pacto por México de Peña Nieto, sino que se ha convertido en su principal promotor: un texto breve de tres párrafos aparece como presentación de la colección de libros que publicó el Gobierno de Peña Nieto a finales de su sexenio sobre todas las reformas sexenales (editorial FCE) y en ese breve texto, Woldenberg celebra y potencia el Pacto por México de Peña Nieto y el PAN –firmado por la burocracia de los chuchos del PRD, aunque repudiada por las corrientes perredistas de Cárdenas y López Obrador– y califica el acuerdo como la salvación de la democracia.
La presencia de Woldenberg en la estructura del IFE/INE convirtió al organismo electoral en un cacicazgo personal, muy a usanza de la vieja izquierda socialdemócrata universitaria. Woldenberg pasó por las goteras de la izquierda marxista del Partido Comunista Mexicano, pero nunca coincidió con la ideología marxista ni menos con el funcionamiento operativo de comité central o politburó. Su bandera política fue, a principios de los noventa, la transición de México a la democracia en el modelo gelatinoso de la democracia sin adjetivos del historiador Enrique Krauze, es decir, una democracia procedimental ajena a la disputa ideológica y política entre las clases productivas.
Woldenberg fue impulsado al IFE en 1996 por decisión personal del presidente Salinas de Gortari por pertenecer al grupo intelectual de la revista Nexos, la que condujo como director general de 2004 a 2008, justo después de haber terminado su periodo como consejero presidente del instituto electoral en 2003. Toda la estructura de funcionarios y asesores del IFE/INE pertenecen el grupo político de Woldenberg, sobre todo el actual consejero presidente Córdova Vianello y su fiel escudero Ciro Murayama Rendón, además de la larga lista de asesores que provienen del Instituto de Estudios de la Transición Democrática que ha sido el semillero de los promotores de la democracia sin adjetivos.
En el contexto de su venero salinista y peñista, promotor de la democracia sin adjetivos que beneficia al PRI y al PAN por la ausencia de la lucha de clases, como figura predominante de la izquierda socialdemócrata aguada y complaciente con el pensamiento derechista y ultra derechista de la Coparmex y del Señor X., Woldenberg convertirá la marcha por la defensa del INE en el arranque de su campaña presidencial para el 2024.
Política para dummies: La política no puedo ocultar la política.
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