Libros de ayer y hoy
Por: Pablo Hiriart
MÉXICO, 3 de enero del 2017.- Hemos llegado al extremo de los que crearon las condiciones para el malestar social existente por el gasolinazo, ahora sean los que lucran con ese justificado descontento.
Bloquearon por años la reforma energética para impedir que el sector privado construyera plantas refinadoras de crudo que habrían permitido tener más gasolina nacional, y ahora toman carreteras y orquestan marchas en distintos puntos del país.
En el país importamos más del 50 por ciento de la gasolina que consumimos. La que hace Pemex se fabrica con subsidios multimillonarios porque el área de refinación de la paraestatal pierde dinero a raudales.
Las refinerías de Pemex se hicieron para procesar crudos ligeros, que ya no producimos. Y aunque algunas se están reconfigurando, la inversión es alta y el país tiene otras prioridades.
Por eso es más barata la gasolina en varios estados de la Unión Americana (aunque en México, con todo y gasolinazo, es de las más baratas del mundo) que en nuestro país: porque la importamos y hay que incluir el costo del transporte.
Si hubiéramos tenido refinerías modernas, construidas con capital privado, hoy el gasolinazo habría sido mucho menor.
Es perverso atribuir el alza al precio de las gasolinas a la reforma energética.
De haber autorizado al sector privado a construir refinerías cuando éstas eran un buen negocio, otra sería la situación.
¿Por qué no se hizo?
Porque los mismos que hoy convocan a bloqueos por el alza de la gasolina se opusieron a la participación privada en petroquímica básica.
Llegó tarde la reforma energética pues en el sexenio anterior amenazaron con incendiar el país en caso de haberse aprobado.
En el gobierno pasado estuvo a punto de cuajar una reforma energética, pero las amenazas de PRD y lo que hoy es Morena hicieron retroceder al PAN y al PRI.
Cuando estaban dadas las condiciones para un acuerdo PRI-PAN en el Senado, el entonces coordinador de los legisladores panistas se echó para atrás y convocó a una interminable consulta pública sobre el tema, luego de que el PRD amenazara con tomar la tribuna senatorial para impedir que se aprobara la iniciativa.
Y al PRI “le dio frío” la posible rebelión en el sindicato petrolero.
Hoy, los mismos que le negaron a México la posibilidad de refinerías privadas en el momento adecuado, son los que llaman a “frenar el gasolinazo” y mueven a marchas y manifestaciones.
Lucran con una legítima molestia social que ellos mismos provocaron.
Y lucran también con las molestias (en una dimensión menor, desde luego) que generan los retrasos de vuelos en el aeropuerto de la Ciudad de México, por excesivo tráfico aéreo.
Se opusieron, con machetes en la mano, a la construcción de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México. De haberse hecho cuando se planeó, hoy no existiría ese problema y fuente de legítimo enojo.
Así son y en eso están: primero crean las condiciones para generar malestar social y luego lucran con el enojo de la población.