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QUERÉTARO, Qro., 9 de junio de 2019.- Con el objetivo de analizar el entorno alimentario de niños en la zona urbana de Querétaro en colonias vulnerables y conocer su relación con casos de obesidad infantil, Olga Patricia García Obregón, profesora investigadora adscrita a la Facultad de Ciencias Naturales (FCN), de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) encabeza la “Evaluación del entorno alimentario y su relación con la obesidad en niños de una zona de bajos recursos de la ciudad de Querétaro”.
De acuerdo con la investigadora, no basta con informar a la población acerca de los efectos positivos que tiene una buena alimentación basada en los distintos grupos de alimentos, sino conocer qué alimentos tienen más a la mano las personas y cuáles de estas opciones son las que resultan más perjudiciales para la salud de los menores.
Es así que un grupo de universitarios tienen la tarea de conseguir el apoyo de padres de familia de diferentes centros escolares de bajos recursos con la finalidad de medir y pesar a los niños para detectar los problemas de sobrepeso y obesidad, así como aquellos que no presentan alguna situación de riesgo.
Usando una tableta electrónica marcarán exactamente dónde viven todos los participantes y luego medirán en un radio de aproximadamente un kilómetro alrededor de sus casas, qué es lo que está disponible en términos de alimentos: desde establecimientos especializadas como tortillerías, carnicerías, pollerías, tiendas de abarrotes, supermercados, así como antojitos y comida preparada.
“Esto nos da una idea de cómo está el entorno alimentario alrededor de las viviendas de los niños y al final del estudio podremos ver si, en zonas de bajos recursos de la Ciudad de Querétaro a mayor cantidad de tienditas cerca de las casas de los niños, hay mayor presencia de obesidad porque hay más oferta y disponibilidad de alimentos no saludables”, destacó la investigadora.
Indicó que las prevalencias de sobrepeso y obesidad aumentan con mayor velocidad tanto en zonas rurales como en colonias de escasos recursos, lo que abre mayores interrogantes a los estudiosos sobre el por qué se da este fenómeno. Destacó también, que la Máxima Casa de Estudios se pone a la vanguardia en este tipo de estudios que combinan tecnología y ciencia.
“Somos en la Universidad pioneros en esta área, se ha hecho en muchos lados, pero en el país nunca se había hecho y decir que somos investigadores de la UAQ y utilizamos esta tecnología para cuantificar el entorno alimentario, nos pone en un nivel competitivo alto alrededor del mundo”, expresó.
La investigadora expresó que aproximadamente el 30 por ciento de la población infantil en Querétaro tiene sobrepeso u obesidad, mientras que en los estudios que se han hecho en las zonas rurales la prevalencia de triglicéridos elevados llega al 20 por ciento. Por otra parte, dijo que, en mujeres, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad puede llegar al 80 por ciento.
De acuerdo con la especialista, aunque se han realizado acciones para combatir estos trastornos, no ha sido suficiente y, por ello, la importancia de trabajar multidisciplinariamente con otros centros de investigación. Asimismo, agregó que existen barreras sociales y culturales que son, en parte, responsables a la mala alimentación que tiene la comunidad.
“Hay muchas barreras que tenemos arraigadas desde hace muchos años y que se tienen que tomar en cuenta. El entorno, por ejemplo, podría ser una barrera; si no hay alimentos sanos disponibles, cómo esperamos que la población coma sanamente”, finalizó García Obregón.