Itinerario Político
QUERÉTARO, Qro., 2 de noviembre de 20148.- En los últimos dos años, José Miguel Ortiz Moreno embalsamó más de 20 cadáveres cada mes. Eligió ese trabajo porque le parece que es una parte fundamental de las Ciencias de la Salud y porque tiene la oportunidad de brindarle un alivio emocional a los familiares de los muertos, con una última imagen digna.
Tiene 23 años de edad, una carrera como técnico en urgencias médicas que lo llevó a atender varios accidentes con los bomberos durante tres años y está por terminar una licenciatura en Criminología y Criminalística, pero desde los 7 años su afición es la “tanatopraxia” o la praxis para el proceso de preparación de los muertos con el fin de mejorar la última imagen que verán los familiares de los fallecidos.
“Es una manera de ayudar a la gente en su duelo, que tengan un funeral más digno, más tranquilo, una muerte presentable, porque se arreglan estéticamente, porque a veces por la causa de muerte presentan diferentes signos en sus expresiones y su cuerpo, aquí se busca que los vean con una imagen de paz, de tranquilidad, para que sea menor el duelo de las personas y se van con su imagen descansando, muchos dicen: se ve como si estuviera dormido”, relata.
Hace más de dos años dejó de desempeñarse como técnico en urgencias médicas porque trabajó tres años con los bomberos donde vio cosas muy fuertes. Buscaba un trabajo donde pudiera aprovechar sus conocimientos de anatomía, de preferencia en horario nocturno para estudiar de día.
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