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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de julio de 2019. — Para ofrecer una expectativa de tratamiento, manejo y acompañamiento en aquellos niños y adolescentes que nacieron con genitales ambiguos y a quienes no se puede establecer su género, desde hace más de 20 años la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, cuenta con una Clínica de Enfermedades de Diferenciación Sexual.
Por medio de un comunicado, el doctor Salvador Cuevas Villegas, jefe del Servicio de Urología Pediátrica, informó que los trastornos de diferenciación sexual se presentan con cierta frecuencia. Cifras mundiales indican que uno de cada 100 a 200 niños es intersexual y uno de cada mil a dos mil niños nace con genitales ambiguos.
Destacó que la Clínica de Enfermedades de Diferenciación Sexual está conformada por un equipo de especialistas: urólogo pediatra, genética médica, endocrinología pediátrica, radiología, pediatría, higiene mental y trabajo social.
Explicó que cada uno de ellos ofrece expectativas, apoyo y acompañamiento a estos pacientes, a los padres y familiares más cercanos para que comprendan que la persona intersexual o con genitales ambiguos, es un ser humano con todo el potencial y derechos como cualquier persona.
“Con los avances en la medicina podemos darnos cuenta que no es fácil encasillar a un ser humano en varón o en mujer.
La evidencia nos ha mostrado que existen estados intersexuales en los cuales nosotros como especialistas no podemos asegurar al 100 por ciento que el bebé es un varón o una mujer porque se ve un pene y testículos o tiene genitales femeninos, sino que además se vaya a identificar con ese rol social en su vida adulta.
“Entorno a esto, giran muchísimas situaciones no sólo de índole médica, genital, sexual, cromosómica, hormonal o gonadal, sino también social y cultural”, aseveró.
El Jefe del Servicio de Urología Pediátrica comentó que hay pacientes con estado intersexual y un trastorno del desarrollo embrionario que impide la maduración completa del testículo u ovario, conocidos como desinencias gonadales.
Un ejemplo de éstos es cuando al momento del nacimiento, el especialista descubre algo que parece un pene pequeño (micro pene), donde además no palpa ambos testículos en lo que pareciera un escroto ambiguo (indeterminado), bífido (dividido) o no fusionado, como se ve normalmente en un varón.
También cuando todo pareciera indicar que es una mujer, se ve con genitales femeninos pero tiene un clítoris que parece un pene, o los labios mayores parecieran un escroto, y al momento de revisarla, se palpa algo en el interior como un testículo.
Otros casos son aquellos que tienen una parte de ovario y una parte de testículo en la misma gónada (ovotestis), y hay que determinar si además éstos funcionan correctamente en cuanto a producción hormonal o si un tejido predomina sobre el funcionamiento de otro.
El doctor Cuevas Villegas comentó que no se sabe cuál es la causa, ni qué detonó esta ambigüedad de genitales.
Lo ideal en este tipo de pacientes, indicó, es que el trastorno se detecte de manera temprana, derivar al menor a un segundo o tercer nivel de atención, donde el especialista determine que esos órganos reproductores sí son ambiguos y así reciba una atención integral.