Itinerario Político
MÉXICO, 21 DE MAYO 2017.- El arte rupestre es uno de los secretos mejor guardados del Sudeste Asiático, donde existen yacimientos menos conocidos pero más antiguos que en otras partes del mundo y una región en la que los expertos vaticinan nuevos hallazgos.
La razón de esa expectativa es la particular geología del subcontinente, rico en estratos rocosos horadados por multitud de cuevas que no siempre han sido exploradas con metodología científica, según revelan recientes investigaciones arqueológicas, refiere EFE.
Desde que en 1830 se registró el primer hallazgo, una serie de inscripciones labradas en la llamada piedra de Singapur, en el Sudeste Asiático se han localizado 1.500 yacimientos, más de la mitad de ellos entre Indonesia, con 600, y Tailandia, con 200.
El yacimiento más abundante se encuentra, sin embargo, en el norte de Malasia, donde en Gua Tambun se contabilizan cientos de figuras de hombres y animales, que como en el resto del globo fueron en la región las imágenes más reproducidas durante la prehistoria.
Pero a diferencia de otras regiones, el Sudeste Asiático está escasamente explorado desde el punto de vista del arte rupestre, lo que conduce a nuevos descubrimientos casi con periodicidad anual.
De acuerdo con Noel Hidalgo Tan, especialista del Centro Regional de Arqueología y Arte, con sede en Bangkok, los países con más posibilidades de proporcionar próximos hallazgos son Laos y Birmania, en los que se han realizado pocos trabajos de campo.
«La región está bastante inexplorada desde la perspectiva del arte rupestre y, si tuviera que hacer una predicción, diría que los países donde se encontrarán más yacimientos son Laos y Birmania, quizá también Camboya», declaró Hidalgo Tan a Efe.
El experto recuerda que en Laos se hallaron a fines de la década pasada los restos de «sapiens» más antiguos del Sudeste Asiático.
Los vestigios se localizaron 2009 en el norte del país, en la Tam Pa Ling Cave, o «cueva de los monos», y datan de hace 60.000 años.
El hallazgo relevó que la presencia del «sapiens» en la región es anterior a lo que se creía y fueron varias las vías de penetración.
La «cueva de los monos» se ubica en una zona recóndita del interior del subcontinente, adonde se pensaba que el «sapiens» llegó desde África, la cuna de la humanidad, pero a través de áreas costeras de Oriente Medio y la India, en su camino a Australia.
Los parámetros se pusieron de nuevo en cuestión en esta década, cuando en 2014 se volvió a datar un yacimiento descubierto en los años cincuenta en una cueva de la isla indonesia de Sulawesi, y que entonces se calculó que tenía diez milenios de antigüedad.
La nueva datación concedió al vestigio de Sulawesi 40.000 años, varios milenios más que el arte rupestre de las cuevas de Lascaux, en el centro de Francia, y Altamira, en el norte de España, que se consideraba que eran las primeras pruebas de creatividad humana.
Hijo de chino y filipina, y con experiencia de trabajo de campo en Laos, Camboya, Malasia y Tailandia, Hidalgo Tan otorga, no obstante, menos importancia a la cronología que al contenido, como testimonio del tiempo que al autor de arte rupestre le tocó vivir.
El especialista subraya que el hombre ha pintado y cincelado en paredes de roca en todas las épocas, con objetivo mágico, religioso o artístico, y defiende que tan significativo es el arte rupestre de la prehistoria como las de la era moderna y contemporánea.
Explica que durante la colonización europea, en el Sudeste Asiático empezaron a aparecer pinturas rupestres de aviones y trenes, que eran desconocidos hasta entonces en la región.
Y anota que en la actualidad aparecen imágenes del nyan cat, personaje de comic de origen japonés que en Asia es muy popular en juegos electrónicos, redes sociales y vídeos de youtube.