Libros de ayer y hoy
Una de las críticas más duras contra el gobierno de Ernesto Zedillo fue realizada esta semana en Ginebra por… Ernesto Zedillo Ponce de León.
Acusa que el principal problema de México es ausencia del imperio de la ley. Puede tener razón o no, pero se le olvida que fue en su gobierno cuando se pudrió la procuración de justicia, y no ha tenido la humildad de ofrecer disculpas al país que gobernó.
Fue él, su gobierno, quien pagó medio millón de dólares a un detenido para cambiar su declaración ministerial y acusar a un inocente del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.
El gobierno de Zedillo le pagó a una vidente para que enterrara un cadáver en el patio de la casa de su enemigo político para acusarlo de haber matado a Manuel Muñoz Rocha.
La Procuraduría de ese gobierno dio a conocer la versión de un testigo pagado para que dijera que Raúl Salinas, hermano de quien puso a Zedillo como candidato presidencial, había matado con un bat al diputado Muñoz Rocha y lo había descuartizado.
Si alguien descuartizó el imperio de la ley en México fue Ernesto Zedillo, y ahora señala en Ginebra que ese es nuestro principal problema.
Su gobierno torturó hasta hacerle perder un oído a un mil usos del PRI de Baja California, Othón Cortés, y lo tuvo un año en Almoloya acusado de ser “el segundo tirador” del asesinato de Colosio.
En Chiapas su gobierno armó y prohijó a grupos paramilitares para enfrentar al EZLN al margen de la ley, y provocó la matanza de Acteal, con 45 indígenas, en su mayoría mujeres y niñas, a las que asesinaron a tiros y machetazos.
Luego su procurador, Jorge Madrazo Cuéllar, fabricó culpables y metió a la cárcel a supuestos asesinos por esa masacre, que no eran los que habían matado a las víctimas de Acteal, y en el gobierno de Felipe Calderón hubo que soltarlos.
Fue su gobierno el que giró orden de aprehensión contra el sub comandante Marcos y no la ejecutó, luego de haberlo querido aprehender a traición.
La UNAM estuvo cerrada 11 meses pues su gobierno permitió que una minoría de vándalos la tuviera tomada sin justificación, pues ya se había retirado la propuesta del cobro de cuotas. Así se le cortó la carrera a muchachos que tuvieron que dejar de estudiar o irse de braceros a Estados Unidos (ver Crónica de esa época).
Así es que el principal responsable de la ausencia de estado de derecho en México es él, Zedillo, que ahora le endosa el paquete a Peña Nieto.
Otra crítica feroz al gobierno de Zedillo, hecha por él mismo, es lo que dijo con respecto a la política anti drogas, “impuesta por Estados Unidos”.
Fue él quien inició la militarización de la lucha contra las drogas, al grado de que su zar antinarcóticos, el general Gutiérrez Rebollo, fue detenido por complicidad con los narcos de Guadalajara.
En Chiapas cayó un avión de la PGR cargado con droga.
Qué bueno que reconozca que su política antidrogas fue impuesta por Estados Unidos. Ahora que nos diga qué otras políticas nos impuso el vecino del norte. Subir las tasas de interés que ahorcó a los deudores mexicanos, por ejemplo.
Zedillo, en ese caso como en otros, siempre le echa la culpa a los demás.
Esta vez sus palabras le caen encima. Hizo todo lo que, según él, impide el desarrollo de México.