Busco a mis hijos con el dolor de respirar ante su ausencia: Ceci Flores
Mechas cortas.
Desde Davos, Suiza, Felipe Calderón lanzó el buscapiés. Dijo que “su” partido anda muy “partido”, y planteó tres opciones: no hacer nada, tratar de reconstruirlo o pensar seriamente en la creación de otra opción política.
La advertencia del ex Presidente –lanzada en entrevista con el periodista Enrique Quintana de El Financiero– puede interpretarse como una estrategia del michoacano para arrebatar al maderismo el partido que lo vio nacer y crecer.
A estas alturas, Calderón y Gustavo Madero no caben en el mismo espacio político. Dicho de manera tajante, Felipe Calderón estorba al PAN de Gustavo Madero… y viceversa.
El duelo epistolar con Juan Molinar Horcasitas, –antiguo incondicional del ex mandatario– así lo demuestra.
Molinar –con voz propia, y seguramente a nombre de Madero– acusa a su ex jefe y ex amigo de autoritario y mentiroso; dice que a Calderón le sobra temperamento pero le falta carácter para templarlo; que usar malas formas está en su naturaleza; que es su costumbre para controlar lo que según él le pertenece; que por “mecha corta” perdió en las urnas cualquier derecho…
En respuesta, el agraviado –ahora desde Haití– acusa amargura en las críticas de su ex secretario de Comunicaciones y ex director del IMSS –a quien por cierto se le quemó la Guardería ABC–; deja entrever un reclamo por desagradecimiento y traición.
En medio de tantos rencores algo es verdad; la exclusión de Margarita Zavala de la lista de candidatos plurinominales a la Cámara de Diputados puede interpretarse como síntoma del miedo maderista al retorno de los brujos calderonistas; ¿Margarita sería peligroso rival de Madero o del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, en pos de la candidatura presidencial panista?. ¿Por eso Gustavo Madero está obsesionado con “llevarse de corbata” los restos del calderonismo?
La confrontación panista llegó al punto de no retorno; en ambos bandos sobran ánimos de venganza.
EL MONJE LOCO: Muchas preguntas habrán de responder las autoridades sobre la tragedia de Cuajimalpa. ¿Dónde quedaron los protocolos de seguridad destinados a minimizar el desastre?; ¿qué impidió la evacuación del hospital mientras bomberos y trabajadores trataban de controlar la fuga de gas?; ¿quién cargará con la responsabilidad?… y la última: ¿mantendrá Adrián Ruvalcaba su decisión de pedir licencia como delegado para buscar una diputación y desentenderse del desastre?
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