Detienen a sujeto por presunto ingreso ilícito a local en Milenio III
¿Por qué los mataron si no eran criminales?
El más doloroso episodio ocurrido desde el 2 de octubre de 1968, marcará a México por generaciones. La masacre de Iguala, como la noche de Tlatelolco, tampoco se olvida; será cicatriz perenne. Las marchas de ayer lo dejan muy claro.
El dolor y la tragedia de los muertos de Ayotzinapa, cuyos padres y familiares huérfanos apelan a la justicia solo puede ser curado con la medicina de la verdad completa.
Los familiares de los muertos se resisten a creer la versión parcial ofrecida por la PGR en noviembre, construida a partir del testimonio de los sicarios del cártel Guerreros Unidos quienes aseguraran haber torturado, destazado y quemado a los jóvenes en el basurero municipal de Cocula para luego tirar las cenizas al río San Juan en bolsas de basura. ¿Porqué los mataron si El Cepillo –Felipe Rodríguez– admite que se trataba de estudiantes y no de criminales?
La PGR cerrará la más compleja investigación de su historia concluyendo que los estudiantes fueron asesinados sin que haya podido explicar quien se benefició con la desaparición de los 43 jóvenes normalistas.
Los deudos desesperados exigen abrir más líneas de investigación, en particular una sobre el papel que jugó el Ejército aquella noche de horror.
Viene el rompimiento total de los deudos con el gobierno, quienes sufren la tragedia en condiciones miserables.
EL MONJE LOCO: Con tres semanas de retraso, 115 escuelas primarias y secundarias de Acapulco reabrieron sus puertas; tres mil maestros se mantenían en paro, no por solidaridad con los 43 de Ayotzinapa, ni en apoyo a las demandas magisteriales de la CETEG. Los docentes se habían negado a trabajar por miedo. Apenas el 15 de enero, el Secretario de Educación Estatal –Salvador Martinez della Rocca– había revelado la muerte de 22 maestros y el secuestro de otros ocho; la vida escolar del “bello puerto” ha estado marcada por amenazas, extorsiones y asesinatos impunes. Las cifras calientes de la inseguridad y violencia acapulqueña siguen incontenibles pese a la presencia federal incrementada. Desde el 3 de diciembre, cuando se anunció la llegada de la Gendarmería Nacional han sido perpetrados más de 70 asesinados; dos por día. Pobre Acapulco, tan lejos del paraíso y tan cerca del infierno.
@JoseCardenas1 | [email protected] | www.josecardenas.com