Líneas Quadratín
En la Tierra Caliente michoacana todos saben quién es Juan José Farías –alias El Abuelo–; autodefensas, policías, presidentes municipales y criminales conocen su extenso curriculum delictivo.
Para el Ejército y la PGR no es secreto su pasado anti zeta ni su militancia como lugarteniente del Cártel del Milenio –comandado por los parientes Luis, Armando y José Valencia–. Tampoco, sus vínculos con el chino Zhenli Ye Gon –aquel de copelas o cuellos–… y su intervención en al menos seis asesinatos, incluido el de Reyes Vargas Morfín, secretario de Seguridad Pública de Tepalcatepec, y el de tres agentes municipales emboscados en Apatzingán en 2006.
El Abuelo –ahora con disfraz de autodefensa– fue detenido en marzo de 2009 e identificado como narcotraficante y lugarteniente del capo Nemesio Oseguera Cervantes –mejor conocido como El Mencho–, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Por eso sorprende la reaparición de El Abuelo en cadena nacional, reunido –el 5 de febrero– con el Comisionado Federal para Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes; junto a ellos aparece en pantalla el ex líder priista Martín Barragán. La reunión celebrada en una bodega de Tepalcatepec fue para planear el ingreso triunfal de las fuerzas “del bien” para tomar a la ciudad de Apatzingán, corazón de la Tierra Caliente… y centro de operaciones criminales de las fuerzas “del mal”.
También sorprende la respuesta de la Secretaría de Gobernación, la cual reconoce el encuentro –sin citar al delincuente de marras–. Mediante un comunicado explica que “no se trataron cuestiones estratégicas de seguridad”.
La aclaración –sobra decirlo– mata de risa… aunque el Procurador Jesús Murillo Karam diga que “alguna razón debe haber habido”.
Total, ¿te puedes reunir con criminales, hablar con ellos del avance coordinado entre autodefensas y fuerzas federales, pero eso sí, mantener al margen cualquier detalle de la estrategia de seguridad?
El asunto de fondo, es la explicación obligada que nos debe a todos el Comisionado Castillo Cervantes. La presencia del El Abuelo en el cónclave debe quedar aclarada.
De no emitir una versión convincente, la autoridad confirmaría en los hechos la estrategia del “doble filo” instrumentada en Tierra Caliente… y lo que es peor, daría la razón a quienes acusan al priismo de pactar con bandas criminales para combatir a los criminales enemigos y rivales. De ser así, el Gobierno habría establecido algo más que un vínculo con el narcotráfico; se habría cogido de un clavo ardiente al aceptar la colaboración del Cártel de Jalisco en afán de sacar las castañas del fuego con la mano de las autodefensas.
–¿Para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo?
Lo dicho antes en este espacio: siempre será más fácil pactar con el visible que con el invisible… ¿Pero aliarse con las autodefensas, equivale a un pacto con el diablo?.
CAMBIO Y FUERA: Para la gente de Apatzingán –donde el bien se hace mal y el mal se hace bien– solo queda rezar el rosario… como lo hicieron el padre Goyo –Gregorio López– e Hipólito Mora, al frente de un centenar de autodefensas desarmados. Por cierto, una voz –identificada como El Siete Siete– irrumpió las frecuencias de radio de los autodefensas para amenazarlos de muerte… se dijo que era la de Juan Mendoza –El Pantera–, líder de la plaza templaria–, al tiempo en que anunciaba la captura del hermano y el primo de Enrique El Kike Plancarte –número dos templario–, jefe de jefes… papá de Melisa, supuesta amiga de la senadora Iris Vianey… etc., etc., etc…
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