Retiran 75 mil kilos de carne molida por brote de E. coli en EU
Según las últimas cifras del gobierno dominicano, cerca de 40 mil haitianos han regresado voluntariamente a su país
REPÚBLICA DOMINICANA, 31 julio 2015.- Una camioneta blanca avanza con dificultad en una carretera de Laguna Salada, a medio camino entre la ciudad dominicana de Santiago y Dajabón, en la frontera con Haití.
Sillas, mesas, colchones, armarios, ollas, garrafas de agua , un neumático, una bombona de gas, un televisor… un enjambre de objetos apilados de manera caótica pero magistralmente colocados para que nada se caiga triplica la altura del vehículo.
Al volante, un inmigrante haitiano que, por miedo a perderlo todo, ha decidido reunir a su familia y regresar a su país con la casa a cuestas.
Es una imagen que se repite decenas de veces cada día en los numerosos puntos fronterizos que separan ambos países desde que culminase a mediados de junio el registro del plan de regularización de extranjeros al que se han acogido más de 288.000 indocumentados, la mayoría haitianos.
Los otros, los que no consigan reunir los requisitos para quedarse legalmente, viven bajo la amenaza de ser deportados que está dejando medio vacías algunas de las numerosas comunidades de inmigrantes haitianos en el país.
La OEA advirtó en un informe emitido esta misma semana y que fue fuertemente criticado por República Dominicana que esas personas corren el riesgo de quedar apátridas, de «no contar con ninguna nacionalidad conocida».
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