Libros de ayer y hoy
Me preguntaron ¿porqué celebrar a la mujer? Desde tiempos de la biblia, la mujer desempeñaba un papel de obediencia y servicio. Desde que nacimos, nos insertan el rol que se ha determinado para nosotras, sin embargo, en las últimas décadas y ahora con mayor notoriedad hemos llegado a un punto en que la mujeres hemos podido despertar y alzar la voz para que se nos escuche. Hemos descubierto capacidades que quizá desconocíamos de nosotras mismas porque nos encasillamos en lo que nos dijeron que somos; y cuando me refiero a alzar la voz, no es para gritar, si no para expresar lo que sentimos.
Celebrar a la mujer es celebrar a la madre, a la hija, a la hermana o a la esposa que cotidianamente aporta a la vida de los que la rodean ya que para ella no existe tema más importante que el bienestar de los suyos pero ahora con la novedad de atenderse a ella misma y no dejarse hasta el final.
Celebremos a la mujer que levanta su frente y sonríe a pesar de las dificultades que se le presentan día a día. ¿Acaso no es digno de celebrar a la mujer que ha parido? ¿acaso no estamos agradecidos porque nuestra madre nos ha acompañado en el transcurso de nuestra vida? ¿acaso no celebramos contar con una hermana que tiene una visión distinta de la vida?
A la mujer de hoy me parece que hay que celebrarla por su perseverancia, por su actitud ante la vida, por el amor que profesa a los suyos y por su fortaleza para mantenerse firme ante las tempestades que se le presentan.
Nos llaman mitoteras, arguenderas y hormonales, pero la realidad es que la mujer es transparente, honesta y ve las cosas en una dimensión que sólo ella puede alcanzar.
Ser mujer es ser dadora de vida, es ser amorosa, sensible, inteligente y alegre.
Ser mujer es sinónimo de sentimientos, de lágrimas pero también de risa contagiosa,
Ser mujer es mejorar el entorno con actos, es ser solidaria y compartida.
Ser mujer es observar lo que es esencial para el alma no sólo para la mente.
Así que me parece que podemos encontrar motivos suficientes para conmemorar el día de la mujer.
Ahora, me parece que es propio invitar a todas a hacer una reflexión y entender que no debemos perder el tiempo encasillándonos en buscar la equidad porque esa por añadidura se dará. Busquemos algo más de fondo como empezar a reconocernos a nosotros mismas como seres humanos, elevemos nuestra valía como ese ser humano que gesta y da vida porque de ahí radica el interés por transformar el mundo.
Sembremos nuestra inteligencia, nuestra experiencia viva y los deseos fervientes para construir el mundo que soñamos.
Llevemos esos sueños a la acción y no buscando diferenciarnos solamente de lo masculino sino integrándonos como signo de equilibrio en la sociedad. Abramos los ojos y descubramos las posibilidades superiores de lo que podemos lograr más allá de solo buscar la igualdad con el varón, que si bien es importante en cuánto a beneficios, me parece que podemos atender y crear infinidad de cosas relevantes para nuestra sociedad.
Así que celebremos ser mujeres con respeto a nosotras mismas elevando la voz como expresión de nuestras habilidad y talentos que tenemos disponibles para beneficio de nuestro entorno.