Libros de ayer y hoy
Jalisco, no te rajes
Seguramente no se va a “rajar” no obstante la violencia desafiante y retadora hacia el Estado, tanto al local como al federal por la magnitud e implicaciones. Acciones de pánico y destrucción hacia la población civil sin respeto a nada. Se informa que hay más de quince detenidos. Ojalá sean parte de los verdaderos responsables y no paguen justos por pecadores.
Nuestro país, lo sabemos, es de grandes opuestos, de enormes contradicciones, de solidaridad conmovedora y a veces, de frías indiferencias. El país arde todo: en inseguridad, en inconformidades, en frontales desigualdades, en impunidad, en corrupción, en doble discurso y, sin embargo, el grave “botón de muestra” mas reciente de los acontecimientos de Jalisco y sus alrededores, no evidenciaron preocupación que desviara la atención sobre la absurdamente llamada “pelea del siglo”. La mercadotecnia y los grandes accionistas del espectáculo engancharon a millones de personas para sentarlos ante las pantallas televisivas para presenciar lo que evidentemente fue “el fraude del siglo”.
La delincuencia demuestra su poderío y el Estado, su impotencia. El Presidente de la República ofrece apoyo del gobierno que representa, dice, para restablecer el estado de derecho, sin percibir, él o sus asesores, que la agresión es de facto, brutal, ejercida por una fuerza que no se frenó a tiempo y de la cual, no se conocen sus verdaderos alcances pero que indiscutiblemente cuenta con armas modernas y sofisticadas, mucho dinero y el elemento clave para su accionar consistente en la clandestinidad. El problema no es de las normas jurídicas sino de quienes debieron y deben aplicarlas porque protestaron “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan”.