A proceso supuesto taxista por privación de la libertad en Tequisquiapan
Advierten que tiene los índices más altos en violencia laboral hacia las mujeres, pero además en discriminación por homo-lesbo-bi-transfobia.
QUERÉTARO, Qro., 22 de abril de 2015.- Querétaro se mantiene entre los estados que más discriminan en el país, con al menos 50 crímenes de odio contabilizados entre 1995 y 2009; además, se vive una precarización del salario y trabajos estereotipados para las personas homosexuales, lésbicas, bisexuales y transexuales.
El 2011, la Encuesta Nacional sobre Discriminación advirtió que el estado tiene los índices más altos en violencia laboral hacia las mujeres, pero además en discriminación por homo-lesbo-bi-transfobia.
Para activistas de diversas organizaciones, como Aquesex, la Tortillería Queretana, la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos, así como Colectivo Drakoon, esto tiene como base la indefensión jurídica que vive este sector poblacional, que lleva a silenciar los crímenes de odio y las denuncias no llegan ni a ser recomendaciones.
A nombre del Colectivo Drakoon, Dante Irrera, señaló que la mayoría de las personas que pertenecen a este grupo tienen carreras truncas y se dedican al telemercadeo, donde no tienen que dar la cara al cliente.
Esto se debe al no reconocimiento jurídico de las identidades sexogenéricas diversas, que hace, por ejemplo, que las personas trans no tengan reconocimiento legal en sus estudios o su credencial para votar y los lleva a dedicarse al “telemercadeo, la prostitución o las estéticas”.
Esto limita sus derechos labores, precariza el salario y no les permite un reconocimiento de su identidad sexual, de manera que urgieron a tener políticas más incluyentes que permitan respetar los derechos de toda la población.
A nombre de la organización Aquesex, María Fernanda López señaló que de 1995 a 2009 se hizo un seguimiento de un sólo medio de comunicación donde se detectaron al menos 50 casos de odio en el estado.
Sobre la indefensión jurídica, advirtieron, que los casos de odio se nombren como tal y, por lo tanto, no se les da un seguimiento preciso.