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QUERÉTARO, Qro., 19 de marzo de 2014.- Concheros aztecas/chichimecas de la zona arqueológica de El Cerrito recibirán el Equinoccio de Primavera con una tradición prehispánica dedicada a los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego, en la que destaca la ejecución de danzas.
De acuerdo con Notimex, Manuela Luna Retana, capitán general de la Mesa Azteca-Chichimeca Santiago de Querétaro, quinta generación del Señor Aquilano Aguilar, refirió al respecto que la tradición milenaria comienza con la implantación de la Santa Cruz.
“Hacemos un saludo a los cuatro vientos, a los cuatro rumbos, a los cuatro elementos, es un reconocimiento a las ánimas conquistadoras”, detalló.
La conchera originaria del Cerro del Sangremal, donde en 1832 se libró la guerra que derivó en la conquista y fundación de la ciudad de Querétaro, señaló que para recibir el Equinoccio de la Primavera se lleva a cabo el ritual del fuego nuevo, del viento nuevo, del agua nueva y de la tierra nueva, “que nos dan la nueva energía del universo”.
En entrevista, comentó que los antepasados aztecas-chichimecas elaboraban un dulce hecho a base de amaranto, pinole, cacao y chocolate, y se mezclaba todo con aguamiel o pulque, lo cual se presentaba también a los cuatro vientos.
“Mantendremos viva esa tradición y no permitiremos que desaparezca, pues es lo que nos da origen e identidad como hijos del Sangremal”, enfatizó la bisnieta de Aquilano Aguilar, fundador de danzas en 1872.
“También haremos alabanzas, como aquella que compuso un compañero conchero que dice: gracias madre tierra por cuidarnos en tu vientre/ en tu falda de serpiente/ gracias madre tierra…”
Luna Retana expresó que, como cada año, el Equinoccio de Primavera se recibe con los sonidos firmes de los ahuehuetl, el caracol y los cascabeles, viejos instrumentos que con sus notas remiten a los danzantes y visitantes a la época en que se bailaba para los dioses.
Señaló que durante estas celebraciones también se llevará a cabo el ritual de consagración Tzoalli, cantos prehispánicos y la purificación de los cuarzos, piedras milenarias en las que se concentran los cuatro elementos del universo.
El centro ceremonial El Cerrito se ubica en el municipio de Corregidora y es el asentamiento prehispánico más importante en el valle de Querétaro. La monumentalidad de sus plazas, altares, salas con columnas y pirámide le otorgan un carácter excepcional en la arquitectura del Bajío.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), El Cerrito fue ocupado por diversas culturas durante más de mil 500 años, entre las que se pueden mencionar una influencia teotihuacana hacia el período Clásico.
Sin embargo, la ocupación más intensa del sitio se efectuó durante el período Posclásico, identificándose en el lugar evidencias de la cultura Tolteca, Chichimeca, Tarasca y Otomí.