El presupuesto es un laberinto
QUERÉTARO, Qro., 17 de octubre de 2014.- Con un espectacular vestuario y una no menos impactante escenografía, La Catrina, personificada por el actor Erik de Luna, arrancó su nueva temporada en Cómicos de la Legua, todos los jueves y viernes de octubre y el primer fin de semana de noviembre, a las 20:30 horas.
La obra se divide en tres actos, en los que la Muerte se presenta a sí misma desde tres diferentes perspectivas: la concepción prehispánica, la literaria pero irreverente, y la social. Es así, que podemos ver a la Catrina como Conchera, como Monja coronada y como Viuda Alegre.
En un monólogo que se va como agua entre las flores de cempazúchitl, Erik de Luna nos deleita con un vistazo a las raíces de la fiesta de Todos Santos, cuando habla de la cosmovisión indígena sobre la Muerte, así como la posterior mezcla de culturas que dieron vida a tradiciones como las calaveras literarias, para más tarde señalar de una manera hilarante la forma contemporánea de, válgase la expresión, vivir la muerte en México.
La velada entonces se transforma en una fiesta aderezada por la música del Trío Osamenta, el olor a café y los tamales de temporada de la cocina de Cómicos de la Legua, iluminada por un centenar de velas que dan al ambiente ese toque colorido y a la vez melancólico de los camposantos.
Definitivamente es un espectáculo que nadie puede perderse, sobre todo en esta temporada en que los mexicanos nos sentimos con tantas ganas de retar, compartir, departir con la Tía de las Muchachas, con la Igualadora, con la Calaca, y entonces cantamos, como el charro Avitia “En qué quedamos pelona, me llevas o no me llevas”.