Libros de ayer y hoy
En la entrega del Itinerario Político de ayer documente 50 casos de corrupción que han sido solapados no solo por el gobierno federal y por sus instituciones, sino por el propio presidente.
Hoy debemos documentar no solo la impunidad de la prole, la corte y la claque presidencial, convertida en una verdadera pandilla de ladrones, sino que obliga recordar que ninguno de los casos de corrupción señalados por López Obrador resultó cierto.
En cambio, con “la zanahoria” de la corrupción, el presidente mexicano encarcela políticos –como Rosario Robles y Jesús Murillo Karam–, además de empresarios y adversarios. Es decir, la justicia “a contentillo”.
Pero vamos por partes.
Para nadie es novedad, por ejemplo, la contundencia de las pruebas de que toda la prole, la corte y la claque de López Obrador son una verdadera mafia de Estado que incluye a hermanos, hijos, tíos y primos del presidente.
Mafia en la que también participan colaboradores y secretarios de Estado, incluidos los principales propagandistas de López, sin olvidar a los empresarios aliados y a los medios comprados.
Y la mejor prueba es el escándalo más reciente en donde aparecen, de nueva cuenta, negocios turbios que vinculan a otro de los hijos del presidente.
Sin embargo, y a pesar de la contundencia de las pruebas y las raterías cometidas por el primer círculo de AMLO, en Palacio todo es simulación, impunidad y cinismo.
Y es que nadie en el gobierno hace nada; a ninguna de las instituciones del Estado parece importarle la transa, el saqueo de dinero público, la ratería y todo termina en un intolerable cinismo oficial y presidencial.
Pero, en el otro extremo, lo más curioso es que tampoco nadie ha podido probar nada de los supuestos actos de corrupción en obras emblema del pasado, como el Aeropuerto de Texcoco, al tiempo que la venganza inconstitucional de Obrador es patente en casos como el de Rosario Robles.
¿Recuerdan que López tiró el NAIM dizque por corrupción? Hoy la corrupción de escándalo está en el Aeropuerto de Santa Lucía, en el Tren Maya y en la refinería Dos Bocas.
Peor aún, hoy las únicas pruebas de corrupción en el NAIM son los negocios sucios de los hijos de AMLO en el saqueo de los restos del Aeropuerto de Texcoco; como el robo de equipos, materiales y hasta el acero, al tiempo que hoy, un tribunal no encontró un solo indicio de corrupción en el caso de la señora Robles.
¿Recuerdan que López desapareció una treintena de Fideicomisos, dizque por corrupción? No ha probado nada y, en cambio, el INE probó que AMLO se robó el dinero del Fideicomiso para el terremoto de 2017.
¿Recuerdan que López dijo que llevaría presos a ex presidentes como Peña Nieto, Fox y Calderón?
Hoy no existe una sola investigación contra expresidente alguno, al tiempo que ya son una montaña las denuncias y pruebas de corruptelas de hermanos del presidente, hijos del presidente y colaboradores del presidente.
¿Recuerdan que AMLO decidió vivir en Palacio, dizque porque Los Pinos eran un lujo?
El verdadero lujo está en Palacio, en donde vive el presidente con una corte de 160 ayudantes, ujieres, cocineros, choferes, guaruras… mientras que sus hijos se dan vida de potentados; viajan en aviones privados, viven en mansiones dignas del más acabado neoliberal y, la mayor ofensa, estudian en las mejores escuelas privadas del mundo.
Pero hay más; nadie ha investigado las transas de Manuel Bartlett y sus 40 casas; nadie investiga las propiedades de Alejandro Gertz Manero en Estados Unidos, las casas de Olga Sánchez Cordero; los negocios turbios de casi todo el gabinete y de algunos empresarios amigos de AMLO.
Nadie ha investigado el perdón fiscal a propagandistas del presidente, como Epigmenio Ibarra y menos la millonada de pesos entregados todos los años a los propagandistas mediáticos preferidos de AMLO; a medios como La Jornada, que no es más que remedo del diario oficial.
Pero tampoco nadie ha investigado al mismísimo presidente, quien saqueó el dinero público desde sus tiempos de líder opositor y luego como jefe de gobierno del DF.
Nadie ha investigado a la red de recaudadoras y recaudadores de dinero producto del crimen organizado; red creada por López para la construcción de Morena en todo el país.
En suma, resulta que, a pesar de las montañas de evidencias y pruebas de corrupción en la claque, la corte y la prole de AMLO, ninguna institución del Estado mexicano ha investigado nada.
¿Por qué?
Porque con López, México es el campeón de la impunidad; una dictadura en manos de una pandilla de ladrones. ¿Lo dudan?
Al tiempo.