Para Contar
La clase política no entiende. Tratan a sus seguidores como discapacitados mentales, a los cuales hay que guardarles información, cuidarlos para que voluntad no sea quebrantada por el canto inmundo que a último minuto les haga cambiar de opinión.
En la próxima semana ya tendremos la boleta electoral para la presidencia de la República. Tanto el oficialismo de Morena, partido del trabajo y el verde ecologista, así como el inexistente PES, tendrán a su candidato presidencial en tanto que la posición de vapor México con unas cuantas horas habría adelantado tu decisión.
En el oficialismo, luego que en todas las encuestas Morena lleva una ventaja simple para los comicios del 2024, aunque no determinante, pelean la candidatura, en esencia dos corcholatas: el Plan A de López Obrador, Claudia Sheinbaum, y la última opción del inquilino de Palacio Nacional, Marcelo Ebrard; el Plan B, es Adán Augusto López, quien ve muy lejanas sus aspiraciones para lograr aventajar a los dos primeros.
En la oposición Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes están en la recta final. La más competitiva como candidata, es Xóchitl con quien podrían ganar la presidencia de la República. Sin embargo, la más experimentada en la administración pública y la política del país, es Beatriz quien sería una mala candidata, pero haría una buena Presidencia.
En el caso concreto del oficialismo, el antepasado fin de semana alrededor de 300 consejeros nacionales de Morena aprobaron en una reunión por video llamada regularán los levantamientos de las encuestas del proceso interno para elegir al coordinador, que en este caso será coordinadora de la Defensa de la Transformación, un eufemismo para violar la ley electoral. Al tener como aliados a la mayoría de los consejeros del Instituto Federal Electoral, actúan con impunidad.
Entre el 28 de agosto y el 6 de septiembre, impondrán una veda electoral a los equipos de trabajo, dirigentes militantes y simpatizantes morenitas, quienes deberán abstenerse de animar o incitar a los militantes o simpatizantes de llevar a cabo actos o manifestaciones con el fin de posicionar públicamente, en este proceso, alguno de los aspirantes. Pero, podrán compartir publicaciones del partido, del gobierno de México, de AMLO o de otras instituciones públicas o privadas que al final es vil propaganda gubernamental.
En la casa del frente no han puesto reglas en ese sentido, pero se estima que tanto Xóchitl como Beatriz, procurarán tener encuentros privados y buscarán consolidar alianzas internas en donde algunos panistas no quieren hacer una alianza con el priismo. Esto, sin darse cuenta, que fortalecen al oficialismo de Morena.
Aparentemente el 50% la decisión se tomará en base al resultado dos encuestas; una en vivienda y una telefónica. Después de levantar las los resultados se unirán y se le da un peso específico de 70% a la de vivienda y 30 a la telefónica. En la primera encuesta, en vivienda, Xóchitl aventajó por sólo tres puntos porcentuales a Beatriz y en la telefónica 34 puntos.
El domingo 3 de septiembre habrá otra consulta donde solo podrán votar los inscritos en el padrón, que cerró el 20 de agosto pasado; el resultado representará el otro 50% cuya suma determinará quién será la candidata presidencial. La determinación de los partidos opositores se dará a conocer el domingo 3 de septiembre en tanto qué, al día siguiente, el 4 de septiembre lo hará el oficialismo.
Las cartas ya están echadas. Claudia podría llegar una leve ventaja sobre Marcelo, pero las cosas para la oficialismo no pintan al 100% seguras. Aunque hablan de repartirse el poder entre las corcholatas, si Claudia llega a la Presidencia, no sabemos si Marcelo acepte el liderazgo del Senado, Adán a la Cámara de Diputados y quizá Ricardo Monreal, el gobierno de la Ciudad de México. Marcelo dice tener 20 millones de seguidores y esto sería el capital, que en caso de no aceptar seguir los lineamientos de AMLO y de Morena, se llevaría a otra fuerza política con lo que seguramente derrumbaría a el proyecto presidencial.
Así, la moneda auténticamente está en el aire.