Líneas Quadratín
Durante el curso de la evolución los seres humanos hemos impactado al medio ambiente, desde manifestaciones artísticas hasta el desarrollo de la domesticación de plantas y animales.
Sin embargo, también hemos modificado el ambiente generado abruptos cambios climáticos que afectan la producción de alimentos de origen vegetal, junto con los efectos de la contaminación que hoy limitan la extensión de suelos arables, un ejemplo es la acidificación de los suelos.
Hoy es imperativo adoptar nuevas estrategias basadas en la biotecnología vegetal para hacer frente de manera rápida a estos grandes cambios en nuestro planeta. En este contexto, la secuenciación de genomas ha permitido entender mejor las complicadas rutas metabólicas vegetales que dan lugar a la producción de compuestos alimentarios, nutritivos o con potencial farmacológico como los nutracéuticos.
La micropropagación de plantas permite mantener características elite y la producción de plantas libres de virus y patógenos. En México, que es megadiverso es tambien importante voltear a ver las plantas silvestres que aún son consumidas en comunidades rurales, desarrollar tecnologías que permitan eficientizar su producción comercial, dado que algunas de estas plantas son difíciles de producir o es complejo realizar tratamientos postcosecha que permitan integrarlos a la cadena de producción de alimentos.
Ejemplo de ello es la vasta riqueza de cactáceas que tenemos en el país, casos de frutos exóticos como las pitahayas y los garambullos, ¿cómo podríamos generar desarrollo tecnológico que permita incrementar su producción y que ello derivaría en derrama económica para las comunidades rurales?
Por otro lado, quizás el tema más controversial sea como integrar las tecnologías de modificación genetica en este escenario, pero es importante verlo desde un aspecto positivo y con bases científicas. La modificación genética ha sufrido cambios positivos que han permitido migrar de tecnologías abruptas como los transgénicos de primera generación a los cultivos editados genéticamente lo que abre la posibilidad no sólo para el estudio científico, pero también para modificar cultivos comerciales y que estos hagan frente a los grandes retos del cambio climático.
Sin duda hay mucho por hacer y toca a nosotros y a los jóvenes que vienen detrás liderar el cambio para hacer frente a estos panoramas actuales y venideros.
* Profesora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias ITESM