Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Algo más sobre la Inquisición moderna puede salir a relucir con la muerte del papa emérito Joseph Ratzinger llamado eclesialmente Benedicto XVI. Su fin, si bien elimina un punto de lo que fue la terrible Inquisición, deja en suspenso muchos secretos vinculados al puesto que el religioso alemán guardó como titular de la Congregación (Dicasterio) para la Doctrina de la fe, que fue la continuación de ese organismo. Pero además, por ese transitar permanente de décadas, yacían en su memoria no solo la negritud del famoso tribunal, sino la más moderna relacionada con la forma de vida de esa iglesia, con una enorme fortuna desparramada en el mundo y que puede estar vinculada con relaciones políticas, cosa que se vio claramente con la alianza contra el comunismo y la intromisión de Juan Pablo II en lo que se dice sobre la fractura de la URSS que llevó a la Perestroika.
BENEDICTO VINO A MÉXICO EN 2012. PORQUE QUERÍA REEVANGELIZARNOS
En su su visita a México en 2012, Ratzinger se la pasó buena parte en los dominios cristeros. Visitas a Guanajuato en donde al parecer por la extensión de la criminalidad actual, las ideas del papa de reevangelizar, no surtieron efecto. Se recordó en estos días por su deceso el 31 de diciembre, que renunció por causas que vinculaban a su papado con el problema de la pederastia, y respecto a esa renuncia, se cree que hubo consejos eclesiales que la ordenaron o solicitaron. La sorpresiva renuncia en 2013 lo convirtió en esa larga vida de dominio de ese rito, en el tercer papa que renunció. Muy extraño porque él fue el papa número 265. Lo que trascendió y fue ampliamente comentado en estos días fue que en el caso de los pederastas, en lugar de denunciarlos previa sanción, se convirtió en defensor. Asimismo, que hubo irregularidades en el Vaticano de los que pertenecían a su equipo. Incorporado por Juan Pablo II a la Congregación mencionada, en 198I, en la que duró hasta 2005 cuando fue ordenado papa, Benedicto pagó la postura papal del polaco, beatificándolo el primero de mayo del 2011. En abril de 2014, el papa Francisco lo canonizó. Hubo críticas, porque sobre Juan Pablo también pesaban denuncias por omitir castigos a los pederastas y su protección al dirigente de los legionarios de Cristo Marcial Maciel, porque fue un gran benefactor económico de esa iglesia, según decían.
LA INQUISICIÓN CONTINÚA CON CASTIGOS Y POLÍTICAS ADVERSAS A OPOSITORES
El Dicasterio, nombre con el que se sustituyó el de Congregación ha seguido funcionando. La Inquisición tiene vida y ahora sus funciones son ampliamente políticas y de intriga. Creada en 1233 por el papa Gregorio IX, la jerarquía católica reconoce su fundación en 1542, aunque hay referencias al Tribunal del Santo Oficio en 1526. Con orgullo hablan del origen de la Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición. En México se instaló una vez que tomaron posesión los españoles y se empezó a cimbrar sobre todo al mundo indígena que tenía otros dioses. Al principio con castigos, sanciones, para llegar a cosas peores como quemas en la hoguera cuando se sospechaba que había brujería. Actualmente, el mencionado Dicasterio funciona primordialmente para defender la fe e impedir a todo trance su violación. Entre los mecanismos que utiliza, está la documentación contraria a los opositores, denuncias e intrigas en contra, como lo han hecho contra el comunismo y hay severos castigos que están previstos. Su existencia la legitima el artículo 48 de la constitución vaticana. Sus valores son convencionales en un mundo de hombres, con una iglesia misógina en la que las mujeres solo entran como fieles, religiosas o como auxiliares. El papa Francisco dijo en torno a los casos polémicos como la pena de muerte, que puede haber concesión (o sea que pueden aceptarla) pero nunca al aborto y la eutanasia.