Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
No cesa la violencia en México, asesinan en el país a un promedio de 80 personas al día, casi dos mil menores de edad murieron de forma violenta en lo que va del año, un 2022 en el que se han registrado 342 masacres, la última de ellas en la comunidad El Durazno, municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero, en la que otro niño, de once años, fue asesinado.
Aun así la obsesión de un solo hombre por someter a su voluntad a las instituciones aún autónomas se impone y marca la agenda de “prioridades” para líderes de los partidos políticos, dirigentes de movimientos político-sociales y millones de “opinadores» en redes sociales a quienes sólo preocupa si el “Plan B” en materia electoral será o no aprobada en el Senado.
En ese afán megalómano el Jefe del Ejecutivo, quien se ha negado desde el primer día de su mandato a ser el presidente de todos los mexicanos, desde ese primer día ataca cotidianamente al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para someterlos a sus órdenes.
El pasado fin de semana, en un solo día, el viernes 9 de diciembre, fueron asesinados 54 hombres mujeres y niños en 19 estados del país, según el reporte oficial, del Consejo Nacional de Seguridad (CNS), mientras que al día siguiente, sábado 10 de diciembre se informó de la masacre de siete personas en El Durazno, uno de ellos un niño de 11 años, víctimas de un ataque del grupo criminal conocido como La Familia Michoacana.
Mientras Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México, donde el viernes el CNS reporta 4 de los 54 asesinatos del viernes, a más de 700 kilómetros de distancia de la ciudad que gobierna, en Villahermosa, Tabasco, se ocupaba el sábado de su campaña como corcholata para el 2024 y mandaba abrazos y besos a su “hermano” Adán Augusto López Hernández, secretario de gobernación, quien si estaba en Monterrey, Nuevo León.
La única mujer corcholata, en su tiempo libre claro, se dio tiempo de acompañar al Jefe de la 4T el domingo en la supervisión de la construcción del Tren Toluca-Ciudad de México, cuando aún no se enfriaban los cuerpos de los asesinados, ni cesaban las amenazas de la Familia Michoacana en Milpa Alta. Como buena burócrata tuvo TODO el fin de semana libre.
El funcionario tabasqueño encargado de la seguridad interna del país, ocupó su fin de semana en acompañar al presidente en la supervisión de las obras del acueducto El Cuchillo II, flanqueados de militares, como en cada evento y cada gira presidencial, como quisieran que hubieran estado con las víctimas de homicidio cada una de las familias de los más de 260 mil asesinados en este sexenio.
Hernández López se dio tiempo en su fin de semana para reuniones con legisladores de Morena, PT y Partido Verde, no para buscar soluciones a la violencia e inseguridad, menos aún para trazar planes y/o acciones para la reconciliación nacional o consensos al menos para el Plan B.
No, se ocuparon de cumplir la orden del presidente y corregir el texto plagados de “errores” o cambios no autorizados por el mesias como ceder recursos y beneficios electorales a los partidos satélites, cambios con los que se conformó el Plan C en la Cámara de los Diputados, sin avisarle al que manda.
Más allá de las preocupaciones político electorales, incluso en la discusión de las reformas a leyes electorales secundaria se manifestó en la cámara de los diputados la preocupación sobre el impacto de la violencia y el crimen en la democracia.
“De 2018 a 2022 se han suscitado, entre homicidios, atentados y amenazas, 717 ataques a candidatas o candidatos. En este mismo período, y es para dar vergüenza, se asesinaron a 214 alcaldes, regidores o síndicos. Si no hacemos algo el narco va a dominar la política nacional. Espero que nos quede claro el peligro que asecha a la democracia mexicana. De no hacer algo, muy pronto en unos años viviremos en un narco-Estado”.
Fue parte del posicionamiento del PRI expuesto por el coordinador de los diputados federales de ese partido, Rubén Moreira Valdez, cifras y advertencias a los que nadie hizo caso ni en la elaboración ni en la votación de las reformas, porque como dijo e petista Gerardo Fernández Noroña “no tiene caso discutir los planteamientos en contra”.
No valió la advertencia del legislador priísta;
“Tenemos que estar listos, amigas y amigos, ante la eventualidad de que la mafia del narco intente construir agrupaciones políticas. Espero, lo digo con respeto, la gran marcha que nos una a todos en contra del crimen y el narco, y que haga a un lado el uso político de la seguridad, México lo vale y la democracia lo demanda”.
No habrá ninguna gran marcha, ni unidad para hacer frente a la violenta realidad del país, simplemente porque el presidente no quiere, lo suyo es la polarización y el enfrentamiento para violentar aún más al país.
“Es sumamente condenable que en un país democrático como el nuestro, el régimen en el poder persiga políticamente a quienes formamos parte de la oposición”, dijo el líder nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, quien en su fin de semana instaló el Consejo Nacional de su partido.
Durante su discurso demandó que, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, paren las persecuciones políticas, “como es el caso también del excandidato presidencial Ricardo Anaya; el exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca; y en Veracruz, Tito Delfín, detenido por Cuitláhuac García”.
Para lo que si habrá una movilización es para bloquear el acceso al Senado de la República mañana martes, convocatoria emitida por Claudio X. González Guajardo, líder del movimiento Si por México.
Así la agenda política de la semana que comienza, centrada en la discusión que pone a prueba el liderazgo e intenciones del presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila.
Ojalá y una vez sentenciada la suerte del INE y del TEPJF alguno de esos funcionarios, líderes y opinadores, ocupe un fin de semana para consolar a los deudos de más de un cuarto de millón de mexicanos, hombres, mujeres y niños, asesinados en el gobierno de la 4T, y los más de 350 mil muertos con violencia en lo que va de este siglo.
Como si hay tiempo para proteger y consolar a presidentes caídos en otros países.
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