El presupuesto es un laberinto
El tabasqueño Adán Augusto López Hernández se ve a gusto en la Secretaría de Gobernación. La política y los políticos son lo suyo. Quedó constancia del recibimiento que le dio el poder legislativo en el salón plenario del Palacio de San Lázaro, en la entrega del informe presidencial. Saludado por los de su partido y por los de la oposición. Los conoce, a muchos, si no es que a todos. Ha sido diputado y senador.
El día que se le vio caminar en domingo por las calles de Polanco, con gesto amable y andar normal, sin apresuramientos, con escolta discreta, se dio tiempo para detenerse unos segundos e intercambiar saludos de sana distancia con familia que lo observaba desde el auto.
Siguió el camino y subió a su camioneta. Los que le acompañaban iban en la misma unidad. Hasta ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador no lo ha puesto en la pista de los presidenciables, como ha sucedido con otros a los que ha citado por su nombre.
Lo que sí le dejó muy claro su jefe fue la encomienda de llevar la relación con los gobernadores, con la Fiscalía General de la República y el poder judicial, en especial con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Tareas que solo encargaría a una gente de toda su confianza. Adán Augusto es su paisano y leal amigo.
La Secretaría de Gobernación (Segob) en otros tiempos, era trampolín natural para aspirar a la candidatura presidencial. Todavía en el sexenio anterior, Miguel Ángel Osorio Chong, suspiró y buscó sin éxito ser el abanderado de su partido. Más atrás lo había intentado Santiago Creel. Quedó para la historia el atrevimiento de los seguidores de Mario Moya Palencia, que se anticiparon con pancartas, creyendo que tendría el apoyo del habitante de la extinta residencia presidencial de Los Pinos.
Manuel Bartlett también compitió cuando despachaba en la casona de Bucareli. Luis Echeverría salió de la Secretaría de Gobernación con la candidatura presidencial. De hecho, muchos de los que han pasado por la Segob, al menos han competido por la nominación de su partido.
En la actual administración ha sido distinto. A Olga Sánchez Cordero, la ministra en retiro, la primera mujer en la Secretaría de Gobernación, nunca se le vio con la fuerza política para ganarse la etiqueta de presidenciable.
Tampoco ahora que despacha como presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Senadores y donde no tiene complicaciones para desahogar el orden de día de las sesiones legislativas. Adán Augusto López Hernández, licenciado en Derecho y maestría en Ciencias Políticas, se ha desarrollado en la política sobre todo en su natal Tabasco.
También es Notario Público (con licencia), como lo fue su padre Payambé López Falconi, quien falleció el año pasado. Su hermana Rosalinda López Hernández es la administradora general de Auditoría Fiscal Federal del Sistema de Administración Tributaria. Ha trabajado en el PRI, en el PRD y ahora en Morena.
No parece ansioso porque lo tomen en cuenta para el 2024 ni está en campaña con ese fin. De cualquier manera, no deja de llamar la atención que el diputado Mario Llergo, también de Tabasco, es el nuevo representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
Las tareas que le encargaron y los pasos que da como integrante del gabinete, dejan más la impresión de tener la misión de preparar el terreno institucional al o a la que vaya a ganar la candidatura. Por si las dudas, más les vale a los morenos y morenas, no perderlo de vista.
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