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QUERÉTARO, Qro., 28 de septiembre de 2020.- Resulta difícil que México pueda tener vacunas contra el Covid-19 para la población abierta, en el mejor de los casos se tendría en el 2021, declaró Adrián Camacho, jefe del departamento de Infectología del Hospital Universitario dentro del foro virtual del TecSalud del ITESM, que se realizó bajo el nombre “Avances en vacunas y tratamientos contra Covid-19”.
Nunca antes en la historia de la medicina se ha visto una velocidad semejante en la generación de vacunas, pues fueron 15 años los que se invirtieron para tener la del sarampión, mientras que contra el Covid-19 ya se encuentran investigaciones en la fase 3.
Michel Martínez, líder de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud, remarcó que esta celeridad dejará un antecedente positivo, pero también advirtió la necesidad de que la velocidad no ponga en riesgo la seguridad de los pacientes, y también necesario es que se analice cuánto tiempo dura la respuesta inmunológica.
Advirtió que puede resultar peligroso que la política llegue a intervenir en el desarrollo.
Actualmente son cinco vacunas las que ya cuentan con aprobación de uso limitado, lo cual nunca antes se había visto. Lo mínimo que se busca para una fase 3; en la cual se entregan los desarrollos; es de 12 a 13 meses, mientras que lo que se está llamando es acortarlo a siete meses.
Apuntó que cualquier vacuna genera riesgos, pero estos son mínimos si se considera lo que enfermarse representa, de ahí que explicó que el riesgo que genera la vacuna contra la influenza de producir reacciones de 1 en 10 millones, entre las personas vacunadas, mientras que contagiarse del virus genera un riesgo muy alto, de 1 por cada 100 mil.
Adrián Camacho remarcó que tener fiebre es un riesgo mucho menor que el potencial de morir.
Remarcaron la importancia de tomar medidas de prevención y tener una rápida detección de síntomas, para que también sea veloz el tratamiento.