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NUEVA YORK, EU., 24 de abril de 2020.- El Centro de Control de Envenenamientos de Nueva York recibió este viernes una treintena de llamadas relacionadas con la exposición a cloro, el desinfectante Lysol y otros productos de limpieza poco después de las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump,en las que sugirió que la inyección de estos productos en vena podría ayudar a tratar el coronavirus.
De acuerdo con la agencia EFE, el departamento manejó por teléfono nueve casos por exposición al desinfectante Lysol, diez relacionados con el cloro y once con otros productos de limpieza del hogar en un período de 18 horas antes de las tres de la tarde de este viernes.
El Centro de Control de Envenenamientos no especifica qué tipo de exposición hubo en estos casos, si fue por contacto con la piel o ingeridos, pero sí informa que ninguno requirió de admisión a un hospital ni desembocó en ningún fallecimiento.
Los datos del Centro muestran un importante aumento con respecto a los que se manejaron en el mismo periodo de 18 horas en 2019, en el que se atendieron dos casos relacionados con la lejía y trece relacionados con productos de limpieza del hogar. Los casos de este viernes se producen pese a la reacción en cadena de la comunidad científica a los comentarios del jueves de Trump, que han dejado escuchar su voz de rechazo.
Los fabricantes de desinfectantes usados en millones de hogares, sobre todo durante el azote de la pandemia, también han emitido comunicados asegurando que sus productos no deben ser consumidos.
Reckitt Benckiser, la compañía británica que fabrica el desinfectante Lysol, se refirió este viernes en una declaración a «recientes especulaciones y actividades en los medios sociales» para negar que se pueda ingerir o inyectar.
«Como líderes globales en productos de higiene y para la salud debemos dejar en claro que, bajo ninguna circunstancia, nuestros productos desinfectantes han de administrarse adentro del cuerpo humano (sea por inyección, ingestión o cualquier otra ruta», indicó la empresa.
Craig Spencer, médico de salud global en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, señaló que a él lo que le preocupa es «que muera gente por esto».
«Habrá quienes piensen que es una buena idea», añadió en una entrevista con el diario The Washington Post. La sugerencia de Trump «no es algo algo nimio, algo dicho al pasar, una idea de que quizá esto funcione. Es peligrosa», agregó.