Trump tiene su modo
· Enrique Peña entrega la posición de Raúl Cervantes a Ricardo Anaya
· El dirigente panista ya probó sangre y ordena: nada con el gobierno
· Emilio Gamboa: confidente y operador con ganancias presidenciales
Pensé titular esta columna de otra manera:
-Ricardo Anaya gana, Enrique Peña pierde.
Porque gracias a su chantaje el dirigente panista puede presumir hoy en la sala de su casa –debe ser de lujo, dada su riqueza súbita y escandalosa- la renuncia del procurador Raúl Cervantes.
Fue su bandera en el pasado período ordinario de sesiones para frenar la producción legislativa del Congreso de la Unión y lo es ahora, so pretexto de evitar un incondicional en la Fiscalía General de la Nación.
-Fiscal carnal –le llama.
Se cumple lo enunciado aquí en varias ocasiones.
Aseguramos: Cervantes no será fiscal.
También dijimos ayer: no habrá fiscal general de la nación en este sexenio porque el Frente manipulado por Anaya ha bloqueado los nombramientos y toda iniciativa.
Hoy lamentamos adelantar esta información, confirmada ayer por le propio presidente Peña Nieto porque no hay posibilidad de separar nombramientos de la contienda política.
Lo dijo así cuando le preguntaron si habría fiscal en su gobierno:
“Tendremos que esperar a la elección de de julio para que se decante la efervescencia y busquemos realmente algo distinto y no apegado al clima de efervescencia política”.
Ante la parálisis, decidió entregar la cabeza de su procurador, como lo declaró ayer mismo Cervantes:
“Algunos legisladores y políticos –Ricardo Anaya al frente y a rebufo Alejandra Barrales- han utilizado mi nombre y mis supuestas aspiraciones como una excusa para ellos NO avanzar en la aprobación de las leyes que permitirían mejorar las condiciones y herramientas con las que s procura justicia en nuestro querido México”.
Se va dice y no tener mayor ambición.
CERO NEGOCIACIÓN EN EL CONGRESO
Estos son loa antecedentes.
Ahora entremos a datos presentes y venideros:
No importa el tema y la urgencia de leyes y reformas: Acción Nacional (PAN) se ha cerrado a cualquier negociación en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
Es la instrucción del propio Anaya a los coordinadores panistas -Marko Cortés en San Lázaro y Fernando Herrera en Insurgentes y Reforma-, cuya designación y permanencia depende exclusivamente del presidente panista.
Por eso afirmamos ayer: para efectos prácticos, la Legislatura ha terminado y no habrá acuerdos en ningún sentido, excepto la aprobación del paquete económico para el 2018.
Como no parará la obstrucción legislativa del PAN y Anaya –y como dijimos arriba, con Barrales a rebufo-, no tendremos ni fiscal general, ni fiscal anticorrupción, ni ley contra huachicoleros, ni Ley de Seguridad Interior, ni…
A esta parálisis ha llevado al país el capricho del otrora niño maravilla.
Ya probó la sangre y no parará.
GAMBOA, CONFIDENTE Y OPERADOR
1.- Un día, en plática de sobremesa, Manlio Fabio Beltrones me habló de la gran influencia de Emilio Gamboa con el presidente Enrique Peña Nieto:
-Tú mídela: nunca sale con las manos vacías… siempre se va con algo.
Ayer lo confirmamos luego de difundirse una fotografía periodística con Gamboa a las escalerillas de un helicóptero del Estado Mayor Presidencial (EMP).
Fue, aclaró Gamboa, a “una reunión programada con el señor presidente de la República”.
Y como político privilegiado, conoció de antemano la renuncia del procurador Raúl Cervantes:
“Reflexioné con el presidente. Me pasé mucho más de una hora y media platicando con él, no sólo lo del ex procurador, sino también temas de interés de ambos Poderes”, el Ejecutivo y el Legislativo.
Luego “me dijo: vamos a caminar un rato. Lo hace, tiene derecho, el presidente trabaja de lunes a lunes. No descansa ni sábados ni domingo y tiene el derecho”.
¿Ya me entiende por qué digo: Peña entregó la cabeza de Cervantes?
Y 2.- el asesinato del ex diputado guerrerense Ranferi Hernández tiene varios antecedentes.
Se enfrentó al ex gobernador Angel Aguirre, huyó a Francia y pidió asilo cuanto tenía 30 averiguaciones previas e inclusive órdenes de aprehensión.
Señalado como operador de cárteles locales, ahora jugaba con Andrés Manuel López.