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JAPÓN 6 DE JULIO 2017.- Las lluvias torrenciales que afectan al suroeste de Japón han impuesto récord, causado inundaciones y desgajamientos de tierra que, hasta ahora, ha dejado un saldo de al menos tres muertos, once desaparecidos y casi medio millón de evacuados.
Las tormentas que han azotado la isla de Kyushu han superado los 120 milímetros por hora y el agua acumulada en las últimas 24 horas en las prefecturas de Fukuoka y Oita, las más afectadas, supera los 540 milímetros (1,5 veces más que la media de todo julio), según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Unos 7.800 efectivos de las fuerzas de Auto-Defensa niponas, los bomberos y la policía han realizado durante toda la jornada labores de asistencia a los evacuados, así como de búsqueda y rescate de las once personas que continúan desaparecidas, entre ellos niños.
Las autoridades temen que pueda haber más personas que hayan resultado arrastradas por la corriente o enterradas vivas por las fuertes precipitaciones, que también se han llevado por delante carreteras locales, vías de tren e incluso puentes, según muestran las impactantes imágenes recogidas por los medios nacionales.
Un cuerpo ha sido encontrado en la localidad de Asakura (Fukuoka), según la agencia Kyodo, mientras que otras dos víctimas mortales de 43 y 79 años fueron localizadas en la prefectura de Oita, uno de ellos ahogado en un río y el otro enterrado en un barrizal.
Algunas casas han sido completamente arrastradas por el agua y varias decenas han quedado seriamente dañadas, por lo que casi 500.000 personas han sido aconsejadas u obligadas a evacuar sus hogares.
La JMA ha pedido la “máxima vigilancia” en algunas áreas de Fukuoka y Oita, ya que afirma que esta lluvia podría suponer uno de los mayores desastres naturales en el país en las últimas décadas.
Los niveles récord de lluvia han causado interrupciones en el tráfico y en servicios de trenes regionales, según datos del Ministerio nipón de transporte.
Además, unos 6.300 hogares han permanecido hoy sin suministro eléctrico, mientras que en Fukuoka unas 300 personas se han quedado completamente asiladas al quedar cortadas todas las vías de transporte.
Algunos de los municipios más afectados han solicitado la intervención de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército), que se han encargado de rescatar hasta ahora a más de 1.600 personas en ambas prefecturas.
Se prevé que las fuertes lluvias continúen durante buena parte del jueves, por lo que la máxima alerta sigue activada para las prefecturas de Fukuoka y Oita.
Las lluvias torrenciales que afectaron al oeste de Japón el miércoles ya dejaron un muerto y unos 20.000 evacuados, lo que se unió a los otros 20.000 desplazados por el tifón Nanmadol, que azotó el suroeste del país a principios de semana.