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HOLANDA, 10 de febrero 2017.- Es de suponerse que el nacimiento de un hijo puede representar uno de los mejores momentos en la vida de las personas. Sin embargo, un joven holandés de 19 años asistió al parto de su hijo y sus reacciones no fueron del todo de felicidad. Informa Sin Embargo.
El muchacho, ambivalente, parecía estar contemplando un proceso tan mágico como terrorífico.
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