Líneas Quadratín
USO DE RAZÓN
Así no va a pacificar al país
Pablo Hiriart
Todo mexicano de bien apoya y desea que el presidente cumpla su objetivo cuanto antes: serenar al país. La única forma en que no lo va a lograr es haciendo lo contrario: crispándolo, y en esas anda.
Ante los trágicos tiempos de criminalidad que vivimos, uno esperaría que el presidente uniera al país en torno a valores que nos son comunes, porque la corrosión del tejido social es alarmante.
La sociedad está descompuesta y se requiere unidad para evitar que se desfonde.
Sin embargo el presidente quiere serenar al país crispándolo, acentuando los rencores y dando argumentos a los criminales para justificar su agresión contra el resto de la sociedad.
Sus conferencias matutinas se han ido convirtiendo en plataformas para insultar, confrontar, desprestigiar y enemistar a la población.
¿Ninguno de sus asesores y secretarios le dice que todas las mañanas lanza un búmeran que muy pronto se va a estrellar contra su administración y contra el país?
A raíz de la matanza en Minatitlán, en su conferencia de ayer lunes el presidente no arremetió contra los asesinos, que son enemigos de México y tienen a la población conta la pared.
Se le fue encima a “los de la prensa fifí, los conozco aunque se disfracen, que empezaron a decir que por qué yo no respondía”, ante la masacre.
“Me andan cucando. Puse un tuiter sobre el Sermón de la Montaña y eso les molesta también, mucho. Les molestó el de los hipócritas. El de los sepulcros blanqueados porque la verdadera doctrina de los conservadores es la hipocresía. Esa es su verdadera doctrina: la hipocresía” …
“Di a conocer un memorándum para cancelar la mal llamada Reforma Educativa y se rasgaron las vestiduras: un escándalo. Cuando ellos fueron alcahuetes, cuando se impuso hasta con la fuerza la mal llamada Reforma Educativa, reprimieron a los maestros, vilipendiaron a los maestros, y callados todos ahí. Como vasallos, cumpliendo la máxima del vasallo, de obedecer y callados… Vamos al debate, que siga así, no vamos a pedirle frías a nadie”.
¿Así va a serenar al país el presidente?
No se puede pensar en combatir el crimen en las dimensiones que lo tenemos, a través de la división de la población.
Al sembrar el rencor, el presidente está dando argumentos justificatorios a narcos y a criminales.
Los enemigos, para él, son los periodistas que lo critican, los conservadores –“hipócritas”-, privilegiados, neoliberales, fifís, causantes de la violencia en México.
Eso es oro molido para la delincuencia.
Todos, en alguna medida, sentimos la necesidad de justificar nuestros actos.
La Tuta, en sus video-mensajes, justificaba sus actividades delictivas y criminales con el discurso de la distribución de la riqueza.
Y el que lleva 15 robando las bolsas a las señoras que manejan en Observatorio ya tiene una justificación: ella es una fifí, conservadora, que por su culpa yo estoy jugándome la vida en la calle.
¿Por qué alguien, o un grupo, no va a cobrar derecho de piso a los negocios de personas que, por tener un patrimonio, ya son privilegiadas, conservadoras?
Ellos se han apoderado de la riqueza, ¿por qué no me voy a hacer justicia, si el presidente está de mi lado y no del de ellos?
Crear rencor justifica hasta darle un cerrón a una camioneta que maneja una señora fifí, que seguro es conservadora, hipócrita, privilegiada, sepulcro blanqueado…
Así no va a serenar al país el presidente. Por ese camino no es.
No se puede cosechar paz si siembra el rencor y la discordia.
Mucho menos si se dan justificantes a los criminales para aumentar su odio hacia las víctimas, es decir, el resto de la sociedad.